¿Qué debemos hacer si vemos a un perro abandonado en la carretera?

¿Qué debemos hacer si vemos a un perro abandonado en la carretera?

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El pasado 23 de marzo, una vecina de Málaga recibió numerosas críticas tras denunciar en su cuenta de Facebook lo que había vivido el día anterior, camino del trabajo.

Este fue su relato:

"Carretera que conecta Olías con Totalán. Hoy, 23 de marzo. Día común y corriente. Son las 16:20 más o menos; conduzco dirección al trabajo. Desde lejos veo venir un coche, así que reduzco un poco la velocidad, puesto que la carretera por la que circulo es estrechita. No aparece el coche. Sigo avanzando y lo veo. El coche está en un llanito al lado de la carretera, un poco antes de llegar a la curva de los Baltasares. Todo pasa muy rápido. De repente, veo al conductor subir muy rápido a su coche y acelerar en el acto (ni siquiera apagó el motor). En eso que sale a la carretera unos 10-15 metros por delante de mí y aparece una criaturita de cuatro patas corriendo detrás del coche. Sí señores, un perro más abandonado; perro de agua. Iba tarde al trabajo, así que apreté el acelerador con la única intención de, al menos, sacarle una foto a su maldita matrícula. Lo conseguí. Peugeot 306, matrícula MA 4420 CH. A las 21:30, el animal sigue donde lo dejó el hijo de la grandísima puta. Esperando... Esperando. Fieles hasta la muerte. Me siento muy mal, impotente de saber que esto llegará a saco roto y no sucederá nada. Cabreada porque vivimos en una sociedad de mierda. No hay respeto por nada ni por nadie".

(Sigue leyendo después del post...)

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Tras publicar esto, a esta joven malagueña le llovieron las críticas por haber ido detrás del coche en lugar de proteger al perro y por, una vez que volvió y el animal seguía allí, no haberse hecho cargo de él.

Ella explicó que tiene varios perros en casa y que no podía llevárselo, pero las críticas no cesaron y decidió borrar el post.

En un país en el que se sólo en 2014 fueron abandonados 140.000 perros y gatos, 16 a la hora, según un estudio de la Fundación Affinity, la situación que vivió esta joven malagueña es más común de lo que puede parecer.

Son muchos los que, circulando por la carretera, se encuentran a perros y gatos abandonados. Y, aunque se da por hecho que en verano aumenta el número de mascotas abandonadas, los datos de Affinity demuestran que el ratio de abandono se mantiene constante durante todo el año, por lo que cualquiera en cualquier momento puede enfrentarse a una situación así.

Con la ayuda del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil y profesionales de centros de acogida de animales, elaboramos una guía con pautas de actuación en caso de toparse con el abandono de un animal por la carretera y lo que significa para él este duro trance:

1. LLAMAR A EMERGENCIAS

Según explica a El Huffington Post el capitán Salvador Ortega, de la Jefatura del Seprona, "lo ideal" sería telefonear para advertir del abandono de un animal.

En caso de encontrarnos en una autopista o carretera comarcal, habría que llamar al 062 de la Guardia Civil. Y, en todo caso, lo más sencillo y cómodo, como reconoce el propio guardia civil, es telefonear al número de Emergencias 112, que deriva la incidencia a quien corresponda.

2. PRIORIZAR LA SEGURIDAD

El capitán Ortega explica que es fundamental "priorizar la seguridad". "Si al perro lo abandonan en un sitio que puede suponer un riesgo para la circulación o incluso para el propio animal, lo ideal es primero tener en cuenta la seguridad del tráfico y del propio animal", asegura.

Por tanto, pide que "en las condiciones de máxima seguridad, si podemos dejar el coche y evitar que el animal vuelva a entrar en la carretera, espantándolo o capturándolo, mejor". En todo caso, Ortega reconoce que "un particular no suele tener los medios" para atrapar al animal y que éste "puede ser huidizo".

Preguntado por el caso particular de la chica de Málaga, Ortega considera que no cabe "reproche" alguno a su actitud, aunque cree que "merece más la pena garantizar la seguridad de las personas que perseguir al delincuente". Y pone el ejemplo de una reyerta. "Si una persona apuñala a otra, ¿qué merece más la pena, seguir al autor del apuñalamiento o socorrer a la víctima? Si sale detrás del criminal por instinto, no le vamos a perseguir, pero no es lo ideal", explica.

Aun así, Ortega valora la posibilidad de que, quien se encuentre en esta situación, haya podido tomar los datos del vehículo. "Tanto si es la matrícula como el modelo, sería perfecto, porque el abandono de un animal de compañía en condiciones que pueda suponer un riesgo para su vida, es un delito", indica.

Efectivamente, con la última reforma del Código Penal, que endurecía las penas sobre maltrato animal, el abandono está tipificado como un delito aunque su castigo ("multa de uno a seis meses", según el artículo 337 bis) dista mucho de lo que piden las asociaciones de animales.

3. ESPERAR

Si hemos logrado que el animal no regrese a la carretera evitando un atropello o un accidente, debemos esperar a la llegada de los especialistas de la Guardia Civil o del cuerpo correspondiente.

Es entonces cuando se inicia el dispositivo para evacuar al animal de la carretera, como explica el capitán Ortega. "Si podemos evitar cortar el tráfico, mejor, porque si el animal no obstaculiza la circulación, ni se corta. Pero imaginemos que, en lugar de un perro, es una vaca; ahí sí que merecería la pena cortar el tráfico", explica.

Una vez que el animal ha sido atrapado, es trasladado a una de las protectoras que tanto la Guardia Civil como los cuerpos policiales municipales tienen en sus carteras.

4. EN MANOS DE LAS PROTECTORAS

En una de esas protectoras, la municipal de Madrid, trabaja Sofía Ochoa, que relata cómo es el proceso por el que pasan los animales abandonados en un centro que sólo el año pasado recibió cerca de 6.000 animales, la mayoría perros y gatos.

Lo primero que hay que saber, asegura, es que no todos llegan a la protectora por los mismos motivos. "Por ejemplo, en el caso de un conductor borracho que tenga un perro en el coche, nos envían al animal pero tenemos constancia de que al día siguiente van a venir a por él", indica.

En el caso de los que aparecen solos en una carretera, el proceso es más largo y complejo. El primer paso es "pasarle el lector de microchip para ver si está identificado o no". Si no lo estuviera, el animal pasa diez días en el centro a la espera de que aparezca el dueño. Pasado ese tiempo, la protectora se encarga de él y trata de buscarle un nuevo propietario.

Si el animal estuviera identificado, comienza la búsqueda del dueño. Para ello, se contacta con el Registro de Animales de Compañía (en este caso, de la Comunidad de Madrid), que envía los datos del dueño (nombre, dirección y teléfono).

Según Ochoa, la mayoría viene a por el animal, "pero hay un porcentaje más pequeño de casos que ha tenido problemas con él" y en el que los dueños no aparecen. "Puede ser porque haya sido regalado y no se ha cambiado la titularidad, o porque simplemente nadie responde al otro lado del teléfono", indica.

Cuando no hay respuesta, se inicia una búsqueda administrativa a través de correo certificado o, en caso de tampoco obtener contestación, a través del Boletín Oficial de la comunidad correspondiente. Si en 19 días nadie reclama al animal, se le decreta como abandonado y se emite una sanción muy grave a través del organismo regional que corresponda.

A la vez que se hace la identificación, se establece un protocolo sanitario que suele ser igual para todos los animales: son desparasitados, son vacunados, se les hacen análisis de sangre y se procura esterilizarlos.

5. ¿Y SI NADIE QUIERE AL ANIMAL?

Con las protectoras municipales, como en la que trabaja Ochoa, colaboran varias asociaciones que las ayudan a localizar adoptantes. "Aunque hace años era peor, porque a la gente no se le ocurría la opción de adoptar. Ahora ya no es necesario y nos centramos más en concienciar sobre la tenencia responsable, saber que tener una mascota conlleva unas implicaciones", indica.

Pero muchas veces hay animales a los que nadie quiere adoptar. Aunque la mayoría son adoptados en las primeras dos semanas, algunos se quedan varios meses "atascados" y tardan más en lograr nuevos dueños. Ochoa explica que, al contrario de lo que piensa la gente, no se sacrifica a los que no logran ser adoptados.

"Sólo cuando no es adoptable, es decir, exclusivamente por razones sanitarias o de comportamiento", explica. "Las sanitarias suelen ser que esté muy enfermo o con un tumor. Las de comportamiento suelen ser por agresividad; perros que han mordido repetidamente, que los ha traído la Policía y que las familias no quieren más, porque tienen niños y muerden", indica.

Según la responsable del centro municipal, antes de eutanasiar a los animales, "se valora cada caso". "Tenemos un adiestrador, pero lo que no vamos a hacer es devolver a la calle a perros que sabemos que van a crear problemas", asegura Ochoa, descontenta con la legislación que prepara la Comunidad de Madrid, que establecerá el "sacrificio cero" en las protectoras de toda la región.

"Nos afecta muchísimo y no sabemos lo que vamos a hacer", se queja Ochoa. "Desde nuestro punto de vista, lo han hecho un poco por buenismo hacia los animales, pero te aseguro que estar encerrado en una jaula de una perrera no es vida y no creo que les estén haciendo un favor", asegura.