¿Cómo ha pasado EEUU de Barack Obama a Donald Trump?

¿Cómo ha pasado EEUU de Barack Obama a Donald Trump?

AFP

Los logros de Barack Obama durante los últimos ocho años están ahí: ha bajado el paro en Estados Unidos al 5%, ha luchado por la igualdad en todos los ámbitos, ha expandido derechos básicos como la sanidad… Pero cuando los estadounidenses tenían la oportunidad de optar por una presidenta que iba a continuar con sus políticas, Hillary Clinton, se han decantado por Donald Trump. ¿Qué ha pasado? Es todo un enigma, pero el desenlace electoral es, de alguna manera, una derrota para Obama.

Clinton no es él y la que ha perdido en las urnas es ella, pero el actual presidente se ha volcado como pocas veces se había visto en sus antecesores en la campaña de la exsecretaria de Estado. "Si crees que he hecho un buen trabajo, opta por Hillary. Todo lo que hemos hecho en los últimos ocho años va a ser revertido con una presidencia de Trump", dijo Obama en una entrevista el pasado viernes con la cadena CBS. Y así será. Prueba de ello es que la prioridad absoluta del magnate es acabar con el Obamacare tan pronto como asuma el cargo.

Resulta incuestionable que el denominado “voto oculto” ha sido fundamental en la victoria de Trump, como lo es que Clinton no ha sido capaz de ilusionar al votante ni de aprovecharse del éxito cosechado para los demócratas por parte de su rival, Bernie Sanders. Clinton era “la opción menos mala”, pero nadie fue capaz de presagiar que el ganador terminara siendo un rival que desdeñaba a las minorías, menospreciaba a las mujeres, era cuestionado en su partido, presentaba un programa indefinido, carecía de experiencia política, y tenía ademanes de matón. Pero los resultados han demostrado algo: Trump ha sabido leer mejor que nadie lo que quería, o mejor dicho, no quería el americano medio.

¿Qué se ha potenciado desde Washington por la familia blanca de clase media? No mucho

Así lo considera José Antonio Gurpegui, secretario del Consejo Académico del Instituto Franklin-UAH: “Si analizamos los ocho años de Obama vemos que se han producido importantes transformaciones en lo referente a beneficios sociales de los más desfavorecidos -con el 'Obamacare' a la cabeza-; de las minorías –leyes de naturalización para los nacidos en Estados Unidos-; en comunidades de LGTB –legalización de matrimonios homosexuales-; referidas a las mujeres –despenalización del aborto-; grupos verdes y alternativos –se han potenciado las energías renovables-; grupos pacifistas –legislación sobre armamento en manos privadas-… Pero, ¿Qué se ha potenciado desde Washington por la familia blanca de clase media? No mucho”. Y ahí ha estado la clave.

“Ha sido el WASP - acrónimo en inglés de blanco, anglosajón y protestante-, que durante la era Obama ha visto peligrar su modo de vida tradicionalmente americano, e incluso su estatus económico, quien ha dado la espalda a la demócrata favoreciendo al candidato que le aseguraba una bajada de impuestos, un recorte del gasto público, y le defendería frente a amenazas de índole socio-cultural”, añade Gurpegui.

El hombre blanco, anglosajón y protestante ha optado por el candidato que le aseguraba una bajada de impuestos y un recorte del gasto público

Efectivamente, el perfil del votante de Trump secunda esta afirmación, a grandes rasgos el gran apoyo a la opción republicana ha estado en los hombres blancos, de ingresos medios o elevados:

Otro aspecto que ha influido notablemente en el cambio de tendencia que ha encumbrado a Trump ha sido la brecha generacional: la mayoría de los jóvenes (55%) ha votado por Clinton, mientras que los mayores de 65 se han decantado por la opción republicana (53%). Detrás de esto está el interés por defender lo que ya se ha adquirido frente a la necesidad de querer evolucionar.

En definitiva, el resultado de estas elecciones demuestra una realidad: es fiel reflejo de la sociedad estadounidense, que está descontenta y fracturada. Más allá de Obama, lo que las elecciones han demostrado es que existe una total desconexión entre la política tradicional y los ciudadanos. Que los estadounidenses hayan preferido al outsider Trump -lo nuevo-, evidencia no sólo la ruptura entre la sociedad y la política sino que debe hacernos reflexionar sobre el éxito de las nuevas propuestas populistas y sus atractivos códigos de marketing político. Lo racional, lo establecido, las certidumbres ya no funcionan. Todo está cambiando, estamos en la era de la postpolítica.