Golpe de Francia a las bajadas falsas de precio en los supermercados

Golpe de Francia a las bajadas falsas de precio en los supermercados

Las organizaciones de consumidores habían puesto el foco en prácticas como la 'reduflación'.

Pasillo de un supermercado en el norte de Francia.Andia/Universal Images Group via

Francia anuncia mano dura contra las cadenas de supermercados que practiquen la reduflación. Este fenómeno es el procedimiento que algunas industrias aplican y que consiste en reducir la cantidad que producto que embalan pero sin bajar el precio. A partir de noviembre, estará prohibido, según anunció la primera ministra, Elisabeth Borne, en una entrevista con el diario galo Le Parisien y de la que se hace eco El Mundo.

"Vamos a prohibirla. Desde noviembre, todos los productos sujetos a cambios de cantidad tendrán que señalarlo en las etiquetas para no engañar más al consumidor", avanzó Borne.

Esta práctica ha tenido en pie de guerra a los consumidores, ya que ha sufrido una gran expansión en Francia, como han podido corroborar las autoridades tras realizar visitas e investigaciones sobre el terreno en los propios supermercados.

Se han detectado un gran número de casos en los que el volumen de producto se reducía al tiempo que el precio se mantenía igual o incluso aumentaba. Algo que ha afectado a todas las cadenas de distribución y con productos de toda índole, incluidos muchos tipos de alimentos y bebidas.

En un caso concreto, la combinación de reducción de volumen y aumento de precio en un saco de comida para perros resultó en una subida de precio por kilogramo del 113%.

Carrefour echa balones fuera

La cadena más importante de Francia, Carrefour, inició la semana pasada una campaña para tratar de señalar los productos que habían sufrido la redunflación, con etiquetados específicos que pasaban la responsabilidad a los fabricantes y no a ellos. Se podía leer en las etiquetas aclaraciones como las siguientes: "Este producto ha reducido su contenido y ha aumentado su precio".

La primera ministra también avanzó que los distribuidores de carburantes podrán vender productos a pérdidas -rompiendo una prohibición que data de 1963- para intentar frenar la espiral inflacionista de los combustibles.

Esa autorización se extenderá "durante un período limitado a algunos meses", señaló Borne, que prevé "resultados tangibles" para los consumidores sin que el Gobierno tenga que subvencionar los combustibles como hizo el año pasado tras la invasión rusa de Ucrania.

Este año, el precio de los carburantes ha subido como consecuencia del aumento del precio del petróleo como consecuencia de los recortes de producción de algunos grandes países productores de la OPEP y sus aliados (OPEP+), encabezados por Arabia Saudí.