El virus rugoso del tomate se cuela en España

El virus rugoso del tomate se cuela en España

Y puede afectar de manera significativa a la campaña de este año.

Una persona recolecta tomates, en una imagen de archivoGetty Images

El virus rugoso del tomate podría condicionar la campaña de este año en España. El mismo apareció por primera vez en Israel en el año 2014, y cinco años más tarde, en 2019, hizo acto de presencia en España.

En los tomates afectados por este virus rugoso aparecen unos parches marrones y coloraciones amarillas. Además, lo más grave es que este virus puede hacer que se pierda entre el 30% y el 70% de la cosecha.

En cualquier caso, el virus rugoso del tomate no es peligroso para la salud. Lo que ocurre es que una parte importante de la cosecha se echa a perder porque el tomate se acaba cayendo de la planta.

Este virus es uno de los factores que podría estar detrás de que la organización agraria Asaja Almería haya informado de que, según sus primeras estimaciones, durante la próxima campaña se va a producir una reducción de la superficie de cultivo de tomate.

De hecho, desde Asaja Almería destacan que uno de los factores que van a marcar el arranque de esta nueva campaña es la situación fitosanitaria de los cultivos, donde "el virus rugoso del tomate y el nuevo trip (que afecta a los pimientos) hacen más necesaria que nunca las medidas de prevención contra virus y plagas”.

Otros factores que reducen los cultivos de tomate

Por otro lado, José Miguel López, socio gerente de la cooperativa agrícola Hortamar, ha explicado en una entrevista con el portal especializado FreshPlaza que “en cuanto al tomate, hay que recordar que existen muchos problemas de mano de obra; es cara y además sigue siendo muy escasa”.

En ese sentido, “el tomate es un cultivo que requiere un equipo trabajando de forma permanente, al contrario que en otros cultivos. Por ejemplo, con el pepino, una vez que se entutoran las plantas solo hay que ir recolectando los frutos, que además pesan entre 400 y 500 gramos (frente a los tomates, que pueden estar en torno a los 100 gramos) y hacen que la recolección sea más rápida y ágil; mientras que los tomates necesitan podas semanales para que los frutos puedan ir engordando correctamente”, precisa el experto.

En cuanto al virus rugoso del tomate, López señala que “en nuestra cooperativa el año pasado no tuvimos ningún caso, aunque cada vez producimos menos tomates; pero sí es verdad que otros vecinos del Poniente y, sobre todo, del Levante, se vieron afectados”.

El problema es que se trata de un virus que “se transmite con mucha facilidad, solo con el contacto, por eso en cuanto aparece alguna planta afectada es muy probable que infecte toda la plantación”, destaca el socio gerente de Hortamar.

En consecuencia, el virus rugoso del tomate es un factor de riesgo que puede hacer que los agricultores se decanten de cara a esta campaña por otro tipo de cultivos que presenten menos problemas, como pueden ser el calabacín o el pepino.