Momento decisivo para la ganadería industrial en Europa

Momento decisivo para la ganadería industrial en Europa

Vacas en una explotación ganadera. Marcelo del Pozo / Reuters

El 2 de abril, la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural del Parlamento Europeo votará la propuesta para los próximos siete años de la Política Agrícola Común (PAC) de la UE. ¿Seguirán los eurodiputados de la Comisión de Agricultura el ejemplo de la Comisión de Medio Ambiente y elegirán las granjas familiares y de pequeña escala frente a las granjas industriales?

La ganadería industrial es una plaga que avanza sin freno y amenaza el campo europeo. Contribuye significativamente al calentamiento global por las emisiones directas de los animales, así como a través de la producción de piensos, tanto en Europa como en el resto del mundo. Es también un factor clave en la deforestación y el 77% de la superficie agrícola mundial se destina ya a producir alimentos para el ganado, no para las personas. La ganadería industrial también impacta en el aire y el agua. Las emisiones de amoníaco originan una gran contaminación del aire en las zonas rurales y la contaminación del agua por nitratos causa en la UE cada año hasta 320 mil millones de euros en daños. En España, cada vez más pueblos se quedan sin agua potable por este motivo.

El hacinamiento de animales es una característica típica de la ganadería industrial e implica un gran sufrimiento para ellos, aumenta las posibilidades de propagar enfermedades y de crear nuevas que pasan de los animales a las personas, contribuyendo a un uso desmesurado de medicamentos antimicrobianos. España es el país europeo que más los utiliza en la ganadería. La resistencia a los antibióticos es ya una preocupación a escala global.

Estudios científicos recientes concluyen reiteradamente que la producción y el consumo de carne y lácteos deben reducirse. La PAC es una gran oportunidad para promover la necesaria transición hacia la agroecología

Estudios científicos recientes concluyen reiteradamente que la producción y el consumo de carne y lácteos deben reducirse.

El 2 de abril la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo votará la propuesta de la Comisión Europea para la nueva PAC y Clara Eugenia Aguilera (S&D), Esther Herranz García (EPP) y María Lidia Senra Rodríguez (GUE) tendrán la oportunidad de demostrar que atienden a la evidencia científica y apoyan una agricultura y ganaderías sostenibles, en lugar de a las macrogranjas.

Desaparición de las pequeñas granjas

Las grandes granjas crecen de forma exponencial y las pequeñas granjas familiares están desapareciendo. La producción ganadera no para de aumentar, mientras que el número total de explotaciones disminuye y en pocos años se produjo un cambio radical en el modelo de producción. Un sorprendente 72% de todos los productos pecuarios europeos ahora proviene de las granjas más grandes de Europa.

La PAC ha impulsado la intensificación de la ganadería en Europa, principalmente a través del apoyo de una agricultura industrial que se destina a la producción de piensos y forrajes para el ganado.

Amontonar animales

La Comisión de Medio Ambiente votó en febrero a favor de que se restrinjan los fondos que pueden obtener las granjas industriales, así como para establecer objetivos que eliminen gradualmente las condiciones de hacinamiento de los animales de granja. De la misma forma, votó a favor de introducir estándares básicos sobre cuánto espacio debe tener cada animal para que se pueda mover y acostar. También votó a favor de que se incrementen los fondos de la PAC destinados al medioambiente y a la lucha contra el cambio climático y que respalden las prácticas agrícolas sostenibles, permitiendo así que más personas hagan la transición a la agroecología.

Una medida crucial, que se debería apoyar para que se perciban subsidios de la PAC, es la de limitar la cantidad de animales que pueden tener las granjas dependiendo de la cantidad de tierra que tengan. La Comisión de Medio Ambiente votó por un objetivo alineado con la cantidad de tierra necesaria para eliminar de forma segura los excrementos de los animales, tal como se establece en la directiva de nitratos de la UE. De no ser así, perderían el derecho a los subsidios de la PAC.

Es hora de votar NO a las fábricas de carne, leche y huevos.

Apoyar una menor densidad de ganado implica apoyar la ganadería sostenible, que permita a los animales pastar al aire libre, preservando así los pastizales y protegiendo a las comunidades rurales. Permitir una mayor densidad de ganado implica que el dinero de la PAC se canalice a las fábricas de carne y otros derivados animales que sólo buscan producir rápido y barato, lo que hace que las pequeñas granjas que no pueden competir desaparezcan. Nos enfrentamos a la elección de una PAC que apoya a las granjas familiares de pequeña escala que trabajan con la naturaleza y crían a sus animales en extensivo o a una que apoya a auténticas fábricas industriales que destruyen el medio ambiente y a las comunidades rurales.

La Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural debe demostrar que apoya la agricultura y ganadería sostenibles, las personas y las comunidades rurales, así como un modelo agroalimentario que ayuda a combatir el cambio climático, no a incrementarlo, y puede mejorar nuestra salud. Es esencial que se aseguren de que el dinero público no va a seguir apoyando a la agricultura y ganadería industriales.

Es hora de votar NO a las fábricas de carne, leche y huevos.

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