Guía para entender las criptomonedas y a qué se debe su reciente batacazo

Guía para entender las criptomonedas y a qué se debe su reciente batacazo

La inversión en estas criptodivisas, arriesgada para los expertos, se ha popularizado entre jóvenes sin formación financiera.

Mano sosteniendo una bitcoin.Boris Zhitkov via Getty Images

En los últimos días las criptomonedas han copado titulares en medios económicos, tuits en redes sociales e incluso hay quien le ha dedicado su propia canción en TikTok. El motivo no ha sido otro que el desplome del valor de estas divisas virtuales en lo que muchos han comparado con un crack del 29 versión digital.

Sin embargo, para todo aquel que esté alejado de este mundo, probablemente todo esto le suene a chino y no entienda qué ocurre y en qué consiste esta especie de Bolsa online en la que están metidos, sobre todo, gente joven y con una fuerte presencia en redes sociales.

Empezando por su definición inicial, una criptomoneda o criptodivisa es algo tan sencillo como un dinero online que nace con la voluntad de no depender de organismos reguladores o bancos. Es decir, es como si alguien se inventara una moneda que sirviera para pagar en Amazon, en Aliexpress o en cualquier otro comercio online y que esta fuera distinta al euro o el dólar.

Elisabet Ruiz-Dotras, profesora de Economía y Empresa de la UOC, enmarca su nacimiento como “una respuesta a la crisis financiera de 2008 y a los bancos y el poco control que tenemos los ciudadanos sobre las cosas que pasan en los mercados financieros”. La primera, y más conocida, es el bitcoin, que es la que mayor reputación tiene en el mercado, pero a ella le han seguido otras como ethereum o luna e incluso Libra, la de Facebook, que finalmente fue retirada.

“El bitocoin es la moneda con más capitalización, la primera que aparece, la más conocida y se sustenta en una red que se llama blockchain que sustenta este sistema”, apunta Ruiz-Dotras, lo que quiere decir esto es que detrás a un sistema de verificación entre bloques —servidores informáticos distribuidos en todo el mundo— que hacen en este caso el papel de las entidades bancarias o los bancos centrales en las operaciones con criptomonedas.

Sin embargo, basta con entrar a cualquier tienda online para ver que no admiten pagos con bitcoin, salvo algunas excepciones, por lo que el valor actual de estas monedas está más en el ámbito financiero que en una utilidad práctica.

“Aunque originalmente se creó como medio de pago, dada su alta volatibilidad es difícil tenerla como medio de pago. Eso pasó con el euro, que se optó por él porque había muchas divisas con sistemas de cambio variable en ciertos países y eso daba muchos problemas”, explica la especialista.

Para Borja Ribera, profesor de EAE Business School y director de Wealth en GVC Gaesco, a la criptomoneda se le da el “valor que los usuarios consideran” a través de cómo sube en su cotización en estos mercados no regulados.

“Lo que hay detrás de ellos es la tecnología. Valor como tal, no hay una contraprestación, siempre se ha hecho un cálculo por el cual se estima la valoración”, explica Ribera, quien recalca que el valor de estas monedas es el algoritmo matemático que hay tras cada una, creado por una empresa tecnológica emergente. “El bitcoin se sabe por algoritmo matemático que solo puede haber 21.000.000 bitocoins, por eso es una moneda preciada, porque es finita, como pasa con el oro. Hasta hoy se han generado 19 millones. La revolución de estas monedas no es tanto cuál va a funcionar, sino el blockchain”, detalla.

Es decir, en lugar de pensar que una criptomoneda determinada va a funcionar como un euro en internet —fin con el que nacieron— hay que pensar que es una especie de acción en una empresa tecnológica determinada que utiliza un método de verificación creado por ellos mismos, ese blockchain, que es por el que se “apuesta” al adquirir la divisa.

Además de como medios de pagos, aparecen proyectos tecnológicos que crean su propia criptomoneda para una especie de crowfunding y así financiarse, es lo que se llama token
Elisabet Ruiz-Dotras, profesora de la UOC

Ruiz-Dotras distingue en este espacio dos términos diferenciados: token y alt coin. “Además de como medios de pagos, aparecen proyectos tecnológicos que crean su propia criptomoneda para una especie de crowfunding y así financiarse, es lo que se llama token”, indica la autora. Por su parte, califica como alt coin a toda aquella que no sea bitcoin, la hegemónica dentro del mercado. Además, recuerda que dentro de las criptomonedas las hay estables, que tienen como referencia y respaldo el UTC, un valor ficticio que vale lo mismo que el dólar americano.

“Las criptodivisas están creadas en su propia red de blockchain, cada una tiene la suya. Los tokens son mucho más fáciles de crear porque se basan en blockchain de otras criptodivisas, por ejemplo, puedes tener proyectos que se basen en blockchain de ethereum o blockchain de bitcoin”, detalla.

Gracias a quienes compran estas divisas y cotizan en estos mercados, esa empresa se financia y puede desarrollar su proyecto que puede ser desde pagos online a una tecnología que te permita pagar desde el coche en una gasolinera, por ejemplo.

“La revolución es que se elimina al intermediario bancario, el dinero no necesita de bancos como tales para existir. Las criptos como tal no tienen una implicación tan importante, sino el valor que tienen es la tecnología que hay detrás”, explica Ribera.

Con este crecimiento, especialmente durante la pandemia, durante la cual muchas de estas monedas se revalorizaron y alcanzaron valores muy altos en estos mercados no regulados, se incentivó la compra de criptomonedas. En las últimas semanas, muchos de los que se arriesgaron a hacerlo perdieron su dinero.

“Lo que ha ocurrido es que ha subido una barbaridad, todo el mundo ha querido crear su criptomoneda y la ha minado. Y, claro, cuando sube algo de una manera desorbitada, se crea una burbuja y la dificultad está estimar su valor. No digo que no valgan, pero la burbuja que hemos visto no es real”, detalla Ribera, quien apunta a que el entorno en el que se da la compra o inversión en criptomonedas no es el habitual.

“Si te fijas dónde están depositados los brokers de criptos es o en Londres o en paraísos fiscales, por lo que, cuando intentas sacar el dinero hay problemas”, detalla. Esta caída en las criptomonedas se debe también a que la UTC se ha devaluado y no han podido pagar a todos aquellos que salían de la empresa en cuestión responsable de la criptomoneda. “Se ha destruido un gran volumen de dinero y esto hace un efecto bola de todo el mundo nervioso viendo bajadas y queriendo salir, no pudiendo sacar su dinero y cayendo más aún”, explica.

Si te fijas dónde están depositados los brokers de criptos es o en Londres o en paraísos fiscales, por lo que, cuando intentas sacar el dinero hay problemas
Borja Ribera, profesor de EAE Business School y director de Wealth en GVC Gaesco

Sin embargo, aunque estas monedas se crearan con el fin de que no hubiera un organismo regulador detrás, al final dependen de lo que suceda en el mercado convencional y los bancos centrales. Esta última caída, recalcan los expertos, se ha visto muy influenciada por la subida de los tipos de interés de los bancos centrales y por la subida del IPC.

“El anuncio de la Reserva Federal de subir los tipos de interés 0,5 y la intención de hacerlo 0,5 más ha hecho que el mercado de acciones se castigue además con una subida del IPC con la que las acciones a corto plazo han ido a activos más seguros y ha castigado a las tecnológicas”, detalla Ruiz-Dotras, quien recuerda que este tipo de empresas son las que más deuda tienen y tienen un tipo de interés variable, que ha subido.

Para Ribera, era una muerte anunciada. “No eran normales las subidas tan exponenciales que había, no era sano”, detalla.

Los expertos coinciden en que el riesgo es muy alto a la hora de acceder en el mercado de las criptomonedas, ya que te arriesgas a la “tecnología que hay detrás” a diferencia de otras empresas tecnológicas. “En Meta hay una tecnología con unos resultados y hay una empresa que es Facebook detrás, en un algoritmo de una moneda es eso en sí y entre todos le damos el valor que consideramos”, explica Ribera. “No hay un sustento para que ese valor se regule de alguna manera”, apunta.

El especialista recuerda que, aunque se han podido hacer algunas operaciones con bitcoins al ser la más conocida, los bancos centrales no han permitido demasiado y solamente lo han hecho a nivel recaudatorio.

Para la profesora de la UOC, es muy importante mirar el proyecto que hay detrás de cada criptomoneda, qué condiciones tiene y su white paper, una especie de hoja de guía. “No deja de ser una start up muy innovadora en la que metes el dinero, igual que otras opciones de crowfunding”, detalla.

“Hay mucho riesgo detrás de esto. Te puede salir bien o te puede salir mal. Estas no es solo eso de que te paguen con un interés que pueden ser los más tradicionales, es que te dan un token que cotiza en un mercado que es la criptodivisas. Es una réplica a las acciones, pero con un mercado no regulado alternativo, lo que tiene mucho más riesgo y especulación” señala.

En este sentido, Ribera recuerda que en el entorno de las criptomonedas “se ha encontrado mucha estafa piramidal” y muchas casas —empresas que gestionan las monedas— en paraísos fiscales. “También es un mundo más de programadores que de financieros realmente. No le quiero quitar el peso de que ha dado mucho dinero, pero cuando te paras a pensar estás pagando una barbaridad por un algoritmo”, indica y apunta a que habrá alguna que se lleve “el gato al agua” y que sea verdaderamente fiable, pero no todas las que han ido surgiendo.

La baja formación en finanzas es uno de los factores que más preocupan entre los especialistas que ven cada vez más jóvenes inversores en criptomonedas. “La gente joven no tiene conocimiento ni asesoramiento. La formación de criptodivisas es complicada porque tienes que saber de finanzas y de tecnología, tienes que saber dónde te metes. Aprenden un poco sobre la marcha, desde la pandemia ha habido algunos proyectos que han funcionado bastante bien y hay proyectos más seguros que otros”, explica Ruiz-Dontras.

En un estudio de 2gether en el que analizan el perfil y el comportamiento de los usuarios de criptomonedas destacan que la mayoría de estos tienen entre 26 y 35 años (25%) y entre 36 y 45 años (31%). Además, con un perfil eminentemente masculino, un 77% frente a un 33% de mujeres, y con un 11,20% de estudiantes, la segunda ocupación que más invierte en este tipo de monedas.

  Perfil de inversor en criptomonedas según 2gether.2gether

“Los índices de educación financiera son muy bajos, están por debajo de la media y me temo mucho que la gente que invierte en estos proyectos no tiene educación financiera”, explica la profesora quien, recuerda que, aunque parezca un mercado solamente tecnológico, engaña ya que siguen prevaleciendo análisis como los propios de los mercados bursátiles y hay, como se ha comprobado con esta caída, una clara relación entre ambos. 

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Marina Prats es periodista de Life en El HuffPost, en Madrid. Escribe sobre cultura, música, cine, series, televisión y estilo de vida. También aborda temas sociales relacionados con el colectivo LGTBI y el feminismo. Antes de El HuffPost formó parte de UPHO Festival, un festival urbano de fotografía en el marco del proyecto europeo Urban Layers. Graduada en Periodismo en la Universidad de Málaga, en 2017 estudió el Máster en Periodismo Cultural de la Universidad CEU San Pablo y en 2018 fue Coordinadora de Proyecto en la Bienal de Arte Contemporáneo de Fundación ONCE. También ha colaborado en diversas webs musicales y culturales. Puedes contactarla en marina.prats@huffpost.es