Este sencillo truco calmará a tu hijo cuando tenga una rabieta

Este sencillo truco calmará a tu hijo cuando tenga una rabieta

Quizá tengas la costumbre de levantar la voz o reñir a tu hijo por portarse mal, pero eso solo empeora las cosas.

EKATERINA GONCHAROVA VIA GETTY IMAGES

Las rabietas son una parte normal, aunque irritante, de criar a un niño pequeño: más de la mitad de los niños pequeños tienen una o más rabietas a la semana, según la Asociación Estadounidense de Psicólogos Escolares.Pero ser conscientes de esto no hace que las rabietas sean más fáciles de gestionar cuando suceden. Cuando tus hijos se tiran al suelo y empiezan a llorar a gritos, es probable que tú también tengas ganas de empezar a gritar en cualquier momento.

Las rabietas suelen estar provocadas por el hambre, el cansancio, el malestar y la frustración. Suelen empezar a partir del segundo año de vida, cuando las habilidades lingüísticas de los niños empiezan a desarrollarse, pero todavía no saben expresar sus sentimientos ni gestionarlos.

“Los niños pequeños carecen de las habilidades físicas, motrices y lingüísticas necesarias para conseguir lo que quieren, algo que, como es normal, puede provocarles frustración”, explica el periodista Paul L. Underwood en The New York Times. ”¿Cómo te sentirías si quisieras una cuchara, pero no llegaras al cajón de los cubiertos y nadie entendiera lo que les estás pidiendo?”, agrega.

Los niños pequeños quieren su independencia, lo que puede dar lugar a luchas de poder con los padres sobre la ropa, la comida, los juguetes, la hora de acostarse y muchas más cosas.

Los expertos aconsejan a los padres mantener la calma ante una rabieta, aunque no sea una reacción instintiva. Quizá tengas la costumbre de levantar la voz o reñir a tu hijo por portarse mal, pero eso solo empeora las cosas.

Existe una técnica sorprendentemente sencilla que puede ayudaros tanto a tu hijo como a ti a volver a la normalidad: cantar. El objetivo no es tanto detener la rabieta como tranquilizar a tu hijo en un momento difícil.

“Cantar tiene un efecto relajante en el cerebro y el cuerpo, tanto para el cantante como para el oyente”, explica la psicóloga Cassidy Freitas, presentadora del podcast Holding Space. “Cantar puede ayudarnos a relajarnos a nosotros mismos durante estos momentos, lo que nos permite servir de ejemplo para que nuestros hijos se relajen también. Entonces, ya podemos aplicar nuestras habilidades de comunicación y conexión para que se sientan seguros y oídos en un momento difícil”.

Lo que cantes —o lo bien o mal que entones— no importa, asegura Freitas. Puede ser una canción que ya exista o una que os hayáis inventado para esas situaciones.

“La canción puede incluir palabras que ayuden a explicar lo que están sintiendo, nombrar un sentimiento, hacerles reír, recordarles lo buenos que son y conectar”, asegura. “Lo bonito es que en ese momento incómodo, los padres están mostrando que están ahí, conectando con su hijo y siendo sus ejemplos”.

Freitas indica que cantar es más efectivo cuando sus hijos están listos para un abrazo. Les pregunta si quieren un abrazo. Si dicen que sí, los abraza y les acaricia o da palmaditas mientras canta.

“Las rabietas de mi hijo son partes de él que no quiero que se apaguen”, explica Freitas. “Quiero ponerles un límite, pero quiero que sepa que también amo estas partes de él. Espero que empiece a interiorizar lo que le digo”.

Algunos niños necesitan más tiempo antes de estar preparados para un abrazo durante estos momentos tan intensos. Dependiendo del niño, tal vez sea mejor no tocarlos en absoluto.

“A mi hija mayor le daba espacio mientras dejaba salir sus sentimientos (pero me mantenía cerca) y le hacía saber que estaba ahí para abrazarla cuando estuviera lista”, recuerda Freitas. A continuación puedes ver el tutorial de esta psicóloga (en inglés):

 

Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.