Las claves de la semana: Socialismo de tiempo líquido

Las claves de la semana: Socialismo de tiempo líquido

EFE

Una semana, dos documentos... y un giro copernicano. ¿Democracia directa o representativa? Depende para quién y para cuándo. Vale una cosa y la contraria. Una semana toca empoderar a la militancia y quitar poder a los cuadros y a la siguiente, el objetivo es salvar la democracia representativa. Está pasando. En el PSOE. En sólo siete días. Socialismo de tiempo líquido y principios inestables. La más solidas defensas que parecían intocables y hoy se tambalean y son profanadas.

Lean, lean porque tras el Reglamento que otorga la última palabra a los afiliados en la elección del secretario general, las investiduras y los pactos electorales, esto es lo que ha escrito la misma dirección socialista para la presentación de su Escuela de Gobierno, una especie de conferencia política con la que Sánchez persigue una imposible unidad del PSOE:

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Sánchez abraza ahora la democracia representativa...

"Uno de los mayores retos de la Europa del Siglo XXI es el fortalecimiento de la democracia representativa, la única que ha demostrado hasta la fecha satisfacer los elementos básicos de un sistema democrático: decisión de la mayoría; respeto de los derechos de las minorías; reconocimiento de derechos y libertades; y un sistema de frenos y contrapesos que controle y limite el poder".

Han leído bien: "...Un sistema de frenos y contrapesos que controle y limite el poder". Justo lo que Pedro Sánchez ha eliminado en un PSOE en el que, gane o pierda elecciones, él puede eternizarse hasta 2026. Y dice más: "No existe alternativa alguna a la democracia representativa que redunde en más democracia, sino en menos".

Escrito por los mismos que han implantado en su organización la democracia plebiscitaria suena cuando menos extraño. Pero claro, una cosa es regular hacia dentro y otra hacia fuera. Si es para el PSOE, que decidan los militantes. Si es para España o Europa, que lo hagan los representantes de los representados. Es lo que pasa cuando las organizaciones políticas fluctúan y se debaten entre contradicciones para innovar o apuntalarse en las revueltas aguas de la política actual.

De las "fakes news" a los tableros de ajedrez

Todo está escrito negro sobre blanco en el programa provisional con el que la dirección socialista pretende escenificar la reconciliación entre Sánchez y quienes le combatieron en las primarias. Decimos pretende porque, de momento, hay anunciadas casi más ausencias que presencias desveladas de forma calculada y precipitada. No han confirmado y es probable que no lo hagan nunca ni Rubalcaba, ni Felipe González, ni Susana Díaz, ni Javier Fernández, ni Elena Valenciano ni algunos otros que ya hablan de "Fake School" en alusión al título de la conferencia que la dirección había propuesto a Rubalcaba, "Tu vida en fake news", que adelantó Público

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Cuando el antecesor de Sánchez en la secretaría general respondió esta semana a una llamada telefónica de José Luis Ábalos invitándole a participar en la Escuela de Gobierno lo que menos podía imaginar es que a la mañana siguiente en una televisión Pedro Sánchez utilizaría esa conversación con el secretario de Organización para dar por confirmada su asistencia y salir al paso de una pregunta sobre la división en el PSOE y evocar en torno a la unidad a todos los fantasmas de los ex "asesinados".

La fractura entre la dirección actual y algunos barones y exdirigentes es un hecho. Y el veto de Sánchez a Elena Valenciano para la presidencia del Grupo Socialista Europeo no ha hecho más que ahondar en ella, además de romper con el silencio que se habían impuesto a sí mismos quienes perdieron las primarias. Así que los respectivos ejércitos salieron en tromba a las procelosas aguas de las redes sociales. Unos en apoyo de Valenciano y otros, para atacar a los defensores de la ex vicesecretaria general, a quien Ferraz acusa de orquestar una operación para blindarse con tiempo en la candidatura para las próximas elecciones europeas. Blindaje innecesario de acuerdo a las reglas no escritas y a la cultura de partido conocida hasta hoy en el PSOE porque nunca antes en la historia del socialismo democrático se ha prescindido en una lista, salvo por decisión propia, de quien encabezó la candidatura las elecciones anteriores.

La experiencia como rémora

Pero eso era antes. El PSOE hoy es un nuevo PSOE donde al parecer la experiencia no es un grado sino una rémora y los mayores no son objeto de veneración y respeto sino de inquina y desprecio. Lo que antes eran conferencias políticas ahora son escuelas de gobierno y donde antaño se discutía de marxismo y republicanismo ahora se habla de parasociología, encuestas, emociones, pronósticos, y juegos de mesa. Es un hecho. El ajedrez y la política forman parte también de esa Escuela de Gobierno que ha removido los intestinos del socialismo.

La mesa de debate ha sido impulsada por el secretario federal de Cultura y gran ajedrecista, Iban Garcia, tanto por los paralelismos en la toma de decisiones en el deporte de mesa y la política como por la posible incorporación del ajedrez a los sistemas educativos. Claro que siempre habrá quien crea que ha sido por aquello que dijo Bobby Fischer de que "la táctica fluye a partir de una posición superior" y que esa es la que le da hoy la Secretaría General a Pedro Sánchez frente a sus críticos.

Sea como fuere, el programa ha tenido que ser modificado después de que Rubalcaba haya dicho que su "no es no", que él nunca confirmó su asistencia y mucho menos para contribuir a una escenificación de la unidad que no se le planteó y que fue invocada el mismo día que se oficializó el veto a una vicesecretaria general del PSOE para un cargo institucional en el Parlamento Europeo. Y como él, unos cuantos.

Pues eso. Que el socialismo vuelve por sus fueros.

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