Alemania echa un cable a Rusia en un territorio clave

Alemania echa un cable a Rusia en un territorio clave 

Según una investigación, dos empresas germanas estarían ayudando a la reconstrucción de Mariúpol.

Imágenes del satélite Maxar que muestran manzanas enteras afectadas por los bombardeos, el 22 de marzo de 2022.Maxar / Getty Images

Casi dos años después de la ocupación de Mariúpol, Rusia trata ahora de reconstruirla. Y, según una investigación periodística de un medio de comunicación alemán, no lo están haciendo solos. Cuentan con la ayuda de dos empresas germanas, que estarían saltándose las sanciones para volver a levantar los cimientos de la ciudad.

Tal y como informa ABC, los periodistas del canal ARD Monitor, confirman que tienen pruebas de que al menos dos compañías alemanas están vinculadas con los proyectos de reconstrucción de Mariúpol. Se trata de Knauf y WKB Systems GmbH, que tienen en sus informes anuales, así como en sus páginas web las pruebas que confirmarían su relación con Rusia.

Knauf es líder mundial en producción de yeso y cuenta con una filial en Rusia, donde da trabajo a 4.000 personas. Según la investigación periodística, los logos de esta empresa están presentes en los materiales que se están utilizando para reconstruir Mariúpol. Además, el director de la compañía fue cónsul honorario de Rusia durante más de dos décadas antes de la invasión.

La empresa niega estos vínculos con Rusia y asegura que cumplen "con todas las sanciones de la UE contra Rusia". Asimismo, confirman que "fabricamos en Rusia con valor añadido local exclusivamente para el mercado ruso", aunque la información de los periodistas alemanes no ice lo mismo.

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WKB Systems GmbH tiene sede en la región de Renania del Norte-Westfalia y es fabricante de maquinaria para producir bloques de hormigón. ADR Monitor confirma que el logotipo de esta empresa también se ha visto en los embalajes de los materiales de Mariújpol. Pero no solo eso, sino que uno de los principales accionistas de la compañía es el oligarca ruso Viktor Budarin, que aún no ha sido sancionado por la UE.