La dura realidad del trabajo infantil: uno de cada diez niños en el mundo trabaja

La dura realidad del trabajo infantil: uno de cada diez niños en el mundo trabaja

"Están realizando trabajos que suponen no poder ir a clases, que les dejan desprotegidos, expuestos a respirar aires tóxicos o a pasar horas recolectando algodón o cultivando cacao en algún lugar", reprocha Unicef.

Hasan Abu Emune, de 12 años, recoge basura para reciclar en las calles de Khan Yunis, Gaza, el pasado abril.Abed Zagout / Anadolu Agency via Getty Images

El trabajo infantil sigue siendo una realidad "muy dura" a nivel mundial ya que 160 millones de niños de entre 5 y 17 años trabajan, uno de cada diez menores en el mundo, lo que lleva a las organizaciones sociales a exigir una acción conjunta urgente de todos los gobiernos para abolir esta lacra.

Con motivo del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, que se conmemora cada 12 de junio desde 2002, las entidades que trabajan con infancia denuncian que casi la mitad de esos menores (97 millones de niños y 63 de niñas) realizan trabajos que ponen en riesgo su salud y sus vidas.

Detectan además un alarmante incremento del trabajo infantil en la franja de 5 a 11 años y alertan de que el riesgo de trabajo infantil en contextos de crisis humanitarias y conflictos es tres veces superior a la media mundial.

Desde las ONG, lamentan que los avances para acabar con esta realidad se hayan estancado. De hecho, alertan de que se ha invertido la tendencia hacia su eliminación: entre 2000 y 2016 cayó a 94 millones el número de niños que trabajan en el mundo.

La meta se aleja

Sin una acción colectiva internacional urgente, la cantidad de niños que trabajan en vez de estudiar se irá reduciendo muy poco, sostienen las organizaciones, que son pesimistas con el objetivo de erradicar el trabajo infantil en todas sus formas en 2025.

Desde Unicef, Rocío Vicente, especialista en programas de cooperación, acción humanitaria y alianzas, advierte además de que existe un número desconocido de menores que sufren las peores formas de trabajo infantil, como la trata, la esclavitud o los niños obligados a mendigar.

Una realidad "muy dura" en la que las regiones de África, Asia y el Pacífico alcanzan juntas la cifra de casi 9 de cada 10 niños trabajando. Por sectores, la mayoría de los menores trabajan en la agricultura, aunque también en la minería o en la construcción.

"Están realizando trabajos que suponen no poder ir a clases, que les dejan desprotegidos, expuestos a respirar aires tóxicos o a pasar horas recolectando algodón o cultivando cacao en algún lugar", reprocha Vicente.

Se da con más frecuencia en el caso de los niños que en el de las niñas, con independencia de su edad, aunque ellas están en una situación de invisibilidad realizando trabajo doméstico, muchas veces amenazadas.

"La ropa que llevamos, los teléfonos móviles que utilizamos y los alimentos que comemos pueden haberse producido a expensas de niños y niñas. Esta idea debería preocuparnos a todos"

De todos

"Es muy importante que haya una acción conjunta de los gobiernos, de los organismos internacionales, de la sociedad civil, de tomar conciencia, de las empresas -que tienen un rol clave en la defensa de los derechos de la infancia- y que, entre todos, abordemos efectivamente el trabajo infantil y protejamos los derechos de los niños" reclama Vicente.

En 2023, con el lema "Justicia social para todos. Poner fin al trabajo infantil", la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sigue denunciando la grave situación de los niños que trabajan, que no tienen acceso a una alimentación suficiente, a una sanidad adecuada ni a una educación de calidad para vivir una infancia digna.

"Estamos hablando de 'esclavitud' infantil, no de 'trabajo' infantil, ese dulce eufemismo políticamente correcto que se utiliza para no generar indignación", critican desde Manos Unidas, que remarcan que recurrir a esa mano de obra "casi gratuita, vulnerable y descartable" es la mejor manera de reducir los costes de producción y maximizar más los beneficios empresariales existentes.

Desde Save the Children recuerdan que el riesgo para los niños sigue estando muy extendido en las cadenas mundiales de suministro y que los actuales mecanismos de control de la mayoría de las empresas a menudo sólo conducen a la redistribución del trabajo infantil, no a su eliminación.

"La ropa que llevamos, los teléfonos móviles que utilizamos y los alimentos que comemos pueden haberse producido a expensas de niños y niñas. Esta idea debería preocuparnos a todos", asegura la responsable de la organización en Alemania, Anne Reiner.

Garantizar una educación segura, inclusiva y de calidad para todos los niños es crucial para prevenir y reducir el trabajo infantil, según Educo, que afirma que "cuando un niño va a la escuela adquiere conocimientos y habilidades que le abrirán las puertas a un mundo de oportunidades".

De cara a las elecciones del 23J, esta ONG pide a los partidos que incluyan en sus programas la aprobación de la Ley de Debida Diligencia en derechos humanos y medioambientales para asegurar que las empresas españolas en terceros países adquieran una obligación formal de respetar los derechos de la infancia.