Hamás rechaza la contraoferta de Israel para una tregua en Gaza

Hamás rechaza la contraoferta de Israel para una tregua en Gaza

El grupo insurgente asegura que lo declina "para llegar a un pacto que haga realidad las demandas e intereses del pueblo palestino". La negociación encalla al no haber podido elaborar y entregar Hamás una lista con los nombres de los rehenes vivos a Israel.

Una palestina espera sentada encima del tejado de su hogar destruido tras bombardeos israelíes, en las inmediaciones del campo de refugiados de Al Nusairat (Gaza).EFE/EPA/MOHAMMED SABER

La negociación ha encallado y el atisbo de esperanza que ayer martes prendió ante lo que parecía haber sido un principio de acuerdo de puntos básicos para un alto al fuego en la Franja de Gaza este miércoles se ha esfumado. El grupo islamista Hamás ha rechazado la contraoferta de Israel para una tregua, subrayando que están dispuestos a seguir negociando "para llegar a un pacto que haga realidad las demandas e intereses del pueblo palestino".

Así lo asegura la insurgencia palestina en un comunicado en el que se apunta a que "la ocupación [israelí] continúa evadiendo las obligaciones de este acuerdo, especialmente las referidas a un alto el fuego permanente, el regreso de los desplazados, la retirada de la Franja y la satisfacción de las necesidades de nuestro pueblo".

En esa línea, aseguran que "Hamás ha demostrado la flexibilidad necesaria para llegar a un acuerdo que implique un cese integral de la agresión contra nuestro pueblo" y que "el movimiento seguirá negociando a través de los hermanos mediadores para llegar a un acuerdo que haga realidad las demandas e intereses de nuestro pueblo".

Sin atisbo de acuerdo antes del inicio del ramadán

Dichas negociaciones habían vuelto a ser activadas en un contexto especialmente relevante. Más allá de la serie de ataques y bombardeos del Ejército de Israel que continúan dejando víctimas mortales -86 muertos y 113 heridos en las últimas horas- dejando un saldo ya de 30.500 muertos -según datos del Ministerio de Salud gazatí, es decir, bajo control de Hamás-, este viernes comenzará el mes sagrado del ramadán. En un contexto en el que las principales organizaciones internacionales señalan una situación de hambruna agravada en el enclave palestino invadido.

Como ya se advertía en la pasada jornada cuando se filtró el borrador del principio de acuerdo -se hacía mención a fuentes palestinas y egipcias-, el principal escollo o obstáculo pasaba por la imposibilidad de Hamás para elaborar un listado con los rehenes tomados durante el brutal ataque del 7 de octubre y facilitarlo a Israel. De hecho, el Estado hebreo no mandó su delegación a El Cairo -donde transcurren las negociaciones de la mano de Catar, Egipto y EEUU- por este motivo. 

Según también se filtró, el hecho de que haya distintas facciones de la insurgencia palestina con rehenes en su poder -o células compartimentadas para evitar que se averigüe el paradero exacto de los secuestrados por parte del Ejército de Israel o sus servicios de Inteligencia- impide que Hamás sepa con exactitud cuántos continúan con vida o dónde están actualmente retenidos. 

Todo ello marcado por un contexto en el que Israel bombardea estructuras -los túneles subterráneos, por ejemplo- del grupo islamista en el que también perecen rehenes junto a los milicianos. 70 de ellos muertos, según Hamás. Una treintena, según Israel.

¿Qué recogía el principio de acuerdo que se filtró?

Lo cierto es que lo que trascendió de los puntos básicos del principio de acuerdo que se habría ido al traste era mucho más ambicioso que lo pactado en el anterior alto al fuego. Se hablaba de una tregua de 40 días en la Franja de Gaza, entre los que se incluye el canje de rehenes, pero también la retirada de tropas israelíes de las ciudades gazatíes y el paso diario de 500 camiones cargados de ayuda humanitaria por Rafah.

Respecto al canje de secuestrados, Hamás tendría que entregar a 40 rehenes israelíes  entre los que primarían mujeres, niños y hombres mayores de 60 años, a cambio de 404 presos palestinos que permanecen en cárceles israelíes. 

Con todo, otro de los puntos de fricción que subyacen en este conflicto radica en la pretensión israelí de seguir adelante con la operación militar y atacar también la zona de Rafah -ya ha sido objeto de ataques de precisión-. El Gobierno de Netanyahu no está dispuesto a detener las operaciones, a pesar de las múltiples advertencias de Naciones Unidas o de socios clave como EEUU. Y eso incluye golpear Rafah, último punto al que pueden llegar los ciudadanos gazatíes desplazados por la invasión. Según Tel Aviv, en ese área hay al menos cuatro batallones de Hamás.

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Antón Parada es redactor de actualidad en El HuffPost. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Antes de llegar aquí trabajó cinco años en La Voz de Galicia y pasó por los micrófonos de Radio Voz.

Puedes contactar con él escribiendo a: anton.parada@huffpost.es