La frontera más larga terrestre involucra a Francia en Sudamérica

La frontera más larga terrestre involucra a Francia en Sudamérica

Una delimitación terrestre que se remonta al siglo XVII.

Islas de la Salvación en la costa de la Guayana Francesa.Bernard MAJZA

La conquista europea de América, iniciada por Cristóbal Colón en 1492, marcó el inicio de una era colonizadora que se mantiene hasta la actualidad. Si bien muchos de esos países han conseguido su independencia, algunos territorios aún permanecen bajo el control de algunas naciones del Viejo Continente. Un caso peculiar es el de la Guayana Francesa.

Ubicada en el extremo noreste de América del Sur, este territorio sigue siendo parte de Francia. La presencia francesa en la Guayana Francesa se remonta al siglo XVII, cuando comenzó a colonizar la región habitada por diversas tribus indígenas. A pesar de los obstáculos históricos -fue invadida por británicos y portugueses- y las dificultades económicas, la Guayana Francesa permanece como un territorio francés de ultramar.

Paradójicamente, este hecho hace que la frontera terrestre más extensa de Francia se encuentra en Sudamérica y no Europa, como podría pensarse en un principio. Con una longitud total de 730,4 kilómetros, esta frontera se posiciona en el puesto 121 del ranking de las fronteras terrestres más extensas del mundo. 

Este límite territorial comienza en el Escudo Guayanés, una región donde convergen tres países: Guyana Francesa, Brasil y Surinam. El recorrido de la frontera atraviesa la cima de la sierra de Tumucumaque, siguiendo la división natural que marcan el Amazonas y los ríos de la Guayana que desembocan en Atlántico. Además, bordea las comunas francesas de Maripasoula y Camopi, frente al municipio brasileño de Laranjal do Jari. Después, sigue el curso del río Oyapoque, atraviesa los territorios de Camopi y Saint-Georges, así como el municipio de Oiapoque. En la bahía de Oyapoque llega a su fin.

Infiltrados
Un proyecto de Ikea

La frontera de la Guayana Francesa con Brasil está trazada sobre una densa selva tropical, lo que históricamente dificultó el acceso de un país a otro. Sin embargo, en la actualidad, un puente sobre el río Oyapoque facilita que la región francoguayanesa de Saint-Georges y la brasileña de Oiapoque se comuniquen.