Los cinco trucos psicológicos de los supermercados para incitarte a comprar

Los cinco trucos psicológicos de los supermercados para incitarte a comprar 

Así se se las arreglan algunos establecimientos para jugar con la mente de los clientes y conseguir potenciar el consumo para que llenen el carro de la compra.

Una pareja hace la compra en un supermercadoTom Werner

Los supermercados son verdaderos expertos en persuadir a los clientes para que llenen sus carros de la compra y aumente su gasto. Desde la disposición de los productos en las estanterías hasta la música de fondo o el olor a pan recién horneado son algunos de los trucos que se usan para que los consumidores compren más. 

Todo está diseñado en un supermercado para influir en el comportamiento de sus clientes y hacer que gasten más dinero. Según un estudio publicado en la revista Journal of Marketing Research en 2014, los supermercados echan mano de una amplia variedad de técnicas psicológicas para influir en nuestros hábitos de compra. Desde la colocación de los productos hasta las promociones y descuentos, estos establecimientos saben cómo jugar con nuestra mente para que compremos más de lo que realmente necesitamos. 

Pero, ¿cómo lo hacen? Estos cinco trucos psicológicos que usan los supermercados para incitarte a comprar pueden darte una pista: 

El truco más clásico: productos básicos en las cajas

¿Cuántas veces y en qué parte del supermercado has dicho "me lo llevo por si acaso"? Las cajas, especialmente cuando hay colas, son territorios abonados a la tentación y por eso es ahí donde se colocan los productos de "venta impulsiva".

Los supermercados colocan productos básicos, como chicles, chocolatinas, revistas y pilas, en las cajas de pago porque saben que los clientes a menudo tienen la tentación de comprar algo más mientras esperan en la fila para pagar. Además, eligen productos que son baratos y que tienen un alto margen de beneficio, lo que les permite aumentar sus ganancias.

La ubicación de los alimentos de la cesta básica de la compra

Los huevos, el aceite, la carne, la leche o el pescado no faltan en ninguna lista de la compra. Son los productos básicos de la cesta de la compra que todos nos llevamos a casa cuando visitamos un supermercado y por eso su ubicación en el establecimiento es importante. 

Es normal que la carnicería o la pescadería del supermercado se encuentre en la parte más alejada de la entrada. Por ejemplo, los supermercados suelen colocar productos básicos como la leche, el pan y los huevos en la parte posterior de la tienda para que los clientes tengan que caminar por todo el pasillo y pasar por otros productos para llegar a ellos.

El orden de las estanterías importa para vender más

La ubicación de los productos en la tienda también influye en lo que los clientes compran. Se ha encontrado que los productos colocados en lugares prominentes, como en las estanterías a la altura de los ojos, se venden más que los productos colocados en lugares menos visibles. 

De manera similar, los productos colocados en los pasillos principales de la tienda, donde los clientes tienen que caminar para llegar a otros productos, también tienden a venderse más que los productos colocados en los pasillos laterales.

La temperatura o cómo controlar la experiencia de compra

La temperatura de los supermercados también influye en las ventas y en la experiencia del cliente en el establecimiento. Mucho calor o mucho frío puede alargar o disminuir el tiempo que pasan en la tienda y, por tanto, aumentar o disminuir las probabilidades de incitar a la compra. 

¿Te has preguntado alguna vez porqué los supermercados no tienen ventanas? Al no tener ventanas, los supermercados pueden controlar mejor la iluminación, la temperatura y la humedad en el interior de la tienda, lo que puede hacer más cómoda la experiencia de compra de los clientes. En general se recomienda mantener la temperatura del supermercado entre los 18 y los 22 grados para crear un ambiente cómodo y agradable. 

Colores, olores y la música animan la compra

Los colores pueden tener un impacto emocional en los clientes y afectar su percepción de los productos. Los brillantes y vibrantes pueden llamar la atención y hacer que los productos se destaquen, mientras que los colores suaves y tranquilos pueden transmitir una sensación de relajación.

Los olores también pueden influir en la compra de los clientes. Se ha demostrado que los olores agradables, como el aroma de pan recién horneado o de café recién hecho, pueden aumentar el tiempo que los clientes pasan en la tienda y también aumentar su disposición a comprar. Los supermercados, a menudo utilizan fragancias agradables en diferentes secciones de la tienda para crear un ambiente acogedor y agradable.

En cuanto a la música, la rápida y enérgica puede hacer que los clientes se sientan más apurados y estresados, lo que puede llevarlos a tomar decisiones de compra más rápidas. Por otro lado, la música suave y relajante puede hacer que los clientes se sientan más tranquilos y relajados, lo que puede llevarlos a pasar más tiempo en la tienda y tomar decisiones de compra más cuidadosas.