Crees que comes insectos por la Agenda 2030 y en realidad te los comes desde 1950

Crees que comes insectos por la Agenda 2030 y en realidad te los comes desde 1950

No volverás a ver el rojo en el plato como antes.

Tortilla mexicana con saltamontes.Fito Pardo via Getty Images

En medio de esa campaña contra los objetivos de la Agenda 2030 -los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible comprometidos en la ONU con ese horizonte temporal- se están colando ciertos bulos o imprecisiones. Una de ellas, ha sido desmontada a través de una publicación del portal Directo al paladar

En dicha información, se recoge una de las que conforman las principales críticas en la Red a la Agenda 2030. La afirmación de que la humanidad debería comer (más) insectos para hacer frente al reto alimentario que se avecina -y el que ya está presente- a finales de esta década. 

Todo ello viene de la publicación de un informe de FAO -Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura- en el que se aborda que en 2030 el mundo tendrá que alimentar a más de 9.000 millones de personas, además de los miles de millones de animales que se crían cada año. Para ello proponen tirar del consumo de bichos, una fuente de alimento muy nutritivo y saludable con alto contenido en grasas, proteínas, vitaminas, fibra y minerales.

"Lo que decimos es que los insectos son uno de los recursos que brindan los bosques, y se encuentra prácticamente por explotar su potencial como alimento, y sobre todo, como pienso", explicó Eva Muller, coautora del informe de FAO. No obstante, y aunque el consumo de bichos es elevado en países de África y Asia, lo cierto es que hay numerosos casos en los que la industria alimentaria en el que se usan insectos. O lo que es lo mismo, llevas comiendo insectos desde hace años y no lo sabías.

La cochinilla del carmín

Tal y como se recoge en la noticia del mencionado digital, el caso más representativo es el de la cochinilla del carmín (Dactylopius coccus), cuyas hembras se emplean como colorante rojo en  chorizos, pero también gelatinas y yogures -al igual que muchas otras clases de bichos- y en otros productos que necesiten una tonalidad cromática de estas características. En este sentido, puedes comprobar fácil y rápidamente si un producto lleva este tipo de colorante con la presencia de ácido carmínico o el aditivo E-120.