El incierto futuro de las salas de cine: ¿temporada final o 'continuará'?

El incierto futuro de las salas de cine: ¿temporada final o 'continuará'?

Los directores de cine Paco Plaza y Alberto Rodríguez Librero analizan los porqués de su declive y los hitos de su supervivencia coincidiendo con el Día Mundial del Cine y los Premios Goya.

Una antigua sala de cine y sus espectadoresGetty Images

¿Son las salas de cine un bien en peligro de extinción? Es la pregunta que ronda en nuestra sociedad desde hace años. Para bien o para mal, no hay una única respuesta. Para recordar su valor y no permitir que muera, cada 11 de febrero se celebra el Día Mundial del Cine, y nosotros, aunque sea como meros espectadores, tenemos una clara responsabilidad: su supervivencia.

A pesar de que los datos no son los soñados, algunos directores de cine como Alberto Rodríguez Librero, director de Modelo 77, una de las películas con más nominaciones a los Premios Goya 2023, cree que las salas “terminarán superando” este pequeño bache. 

Mientras que en 2016 el número de espectadores se situaba en más de 18 millones y la recaudación superaba los 109 millones de euros, el número de asistentes de 2022 no llegaba a 14 y, en consecuencia, la recaudación rondaba los 83, según señala en un documento el ministerio de Cultura y Deporte del Gobierno basándose en las cifras facilitadas por Comscore.

Paradógicamente, según la 24ª edición del Censo de Salas elaborado por la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC), el número de salas y pantallas aumentaron hasta situarse en 3.626 en 2022, una cifra superior a 2015, 2016, 2017, 2018 y 2019. 

Por eso, el director de cine Paco Plaza, uno de los cineastas más conocidos por hacer películas de terror y por dirigir otras como Quien a hierro mata, cree que lo que estamos viviendo es una simple "evolución de los hábitos" con la que pueden coexistir las salas de cine. 

En cualquier caso, para algunos profesionales del sector audiovisual, se ha generado una especie de lucha intangible entre ambos tipos de consumo.

Salas VS plataformas

Aunque una de las causas del estado actual de las salas de cine ha sido la llegada de la pandemia, lo cierto es que los datos llevan tiempo siendo desoladores. El habitual consumo de plataformas de streaming también ha influido en el declive de las salas, así como en la forma de hacer cine.

“Creo que el hábito es lo que se ha acabado o lo que, de momento, se ha interrumpido. Espero que la gente lo recupere y que esto sea solo una cuestión intermitente que regrese”, expresa Rodríguez.

"El ritual de ir al cine (a ver una película) no tiene nada que ver con estar en casa"
Paco Plaza

Sin embargo, Plaza no lo percibe como una "lucha", sino como una "evolución en los hábitos de los espectadores". Asimismo, subraya otra de las claves del problema: "Es un hecho que la asistencia a sala ha bajado mucho, y creo que en parte se debe a que hay una generación de gente más joven que no tiene como prioridad de ocio el cine".

Por eso, admite ser "consciente" de la diferencia que supone hacer una película para sala o para una plataforma: "Yo la última la he hecho para Netflix, y eso para mí fue un condicionante desde el principio, sobre todo por saber que el público a la que va dirigida va a hacer un consumo doméstico de ella, por lo que las condiciones de atención, de ritual y de relación con el contenido son diferentes".

Y es que el cine ofrece una experiencia única, irremplazable, si se compara con el acto de ver una película en casa. En el caso del director nominado a los Premios Goya 2023, el cineasta asegura que las suyas están creadas y dirigidas para ser proyectadas en una gran sala.

Los (muchos) porqués del problema

El sesgo por edad es uno de esos aspectos a tener en cuenta. Aunque existe la percepción de que los jóvenes acuden con menor frecuencia al cine, como han coincidido ambos directores, lo cierto es que el Anuario de Estadísticas Culturales de 2022 elaborado por el Gobierno recoge que en el último año fueron las personas con edades comprendidas entre 15 y 20 los más aficionados, seguidos de los que tienen entre 25 y 34. 

Rodríguez opina que “hay un tema de educación” que influye en todo este asunto, es decir, que lo que falta es “la aproximación de la gente al cine” desde la niñez. Y, a lo dicho por el cineasta, el director de Quien a hierro mata añade que, en consecuencia, "cuanto menos acude la gente al cine, menos ganas tienen luego de ir", lo que se traduce en una reducción del número de espectadores.

Con ánimo de no ahondar en el pesimismo, el nominado a los Premios Goya 2023 también recuerda que no es la primera vez que el sector sufre una mala época y termina superándolo, y así lo explica: “Siempre hemos pasado por unos procesos extraños... Por ejemplo, la piratería provocó, durante el tiempo que estuvo presente, que el valor de las películas fuese cero, y quizás esta sea otra de las causas que hayan influido en el atractivo de las películas en la actualidad”.

"Hay pocas sensaciones en la vida que me gusten tanto como ver una película en una sala de cine"
Alberto Rodríguez Librero

En cuanto al cine español, uno de los mitos que más daño ha hecho a la cultura de nuestro país es la idea de que las producciones son malas. “Se ha ido diciendo y repitiendo en el tiempo”, señala Rodríguez. De hecho, el profesional sostiene que muchos directores españoles opinan que “faltan grandes producciones” como las americanas. “Me gustaría que esta idea fuera quedando atrás, la verdad”, fantasea el director de Modelo 77.

Otro de los aspectos que, para Plaza, perjudican la situación es el tipo de ciudad, debido a que las salas de cine no sobreviven igual de bien en todos los lugares de España: "Debido a cierto público, especialmente el que se encuentra en centros urbanos muy poblados como Madrid o Barcelona, hay salas que siguen gozando de buena salud. En capitales de provincia o ciudades más pequeñas las salas de cine van desapareciendo. Eso es un hecho innegable".

Una película sin su sala "no tiene sentido"

Cada director tiene su forma peculiar de entender el cine. Mientras que Rodríguez tiene muy claro que, a la hora de hacer una película, su foco está dirigido a la gran pantalla, Plaza admite que, en la actualidad, "hay muchos tipos de cine distintos", de manera que, en función del producto final deseado, la lleva a cabo de una forma u otra.

Para Rodríguez, es “posible” que todas estas causas mantenidas en el tiempo “se hayan ido acumulando” y hayan provocado un empeoramiento del problema. Pero, a pesar de la negativa, el cineasta se muestra optimista: “Creo que terminará superando esto”.

Y lo siente así porque “una película sin sala no tiene sentido”, al menos no para él, ha aseverado. “Están hechas para verse como un espectáculo grande, como un sueño colectivo, como algo que empieza cuando la luz se apaga y te suspende, suspende tu realidad, entras en otra diferente, y es a esa a la que te agarras durante hora y media, y luego vuelves. Hay pocas sensaciones en la vida que me gusten tanto como esta. Me dolería muchísimo (que desaparecieran las salas)”, dice conmovido el cineasta.

Asimismo, Plaza opina que, a pesar de las realidades venideras, las salas de cine no tienen por qué desaparecer: "Creo que ahora vivimos en una especie de coexistencia en la que pueden vivir ambos tipos de consumo. El problema es que a veces nos puede la nostalgia y nos aferramos, por ejemplo, a las imágenes de la Gran Vía con todos esos cines abiertos, y esos tiempos no van a volver".

Lo cierto es que aun plagado de cambios, novedades y problemas, el espíritu de Rodríguez sigue siendo el mismo: “Cuando trabajo en televisión sí que tengo que pensar más en el tipo de planos que puedo o no puedo hacer, por ejemplo, porque hay alguien que lo va a terminar consumiendo en un móvil, pero con las películas nunca me lo he tenido que plantear, porque las hago pensando en que se verán en una sala”.

Como viene dando a entender, la mayoría de los detalles que se tienen en cuenta a la hora de hacer una película no se tendrían en consideración si el formato fuera televisivo porque en esas dimensiones pasan desapercibidos. Por eso insiste en que la experiencia en el cine es “única”, de manera que, si ves una película como la de Modelo 77 en casa, hay muchos detalles y parte del trabajo del equipo que no se percibirán.

De cualquier modo, Plaza asegura que "el ritual" que constituye ir al cine "para hacer algo muy específico", sin posibles distracciones, "no tiene nada que ver" con el hecho de estar en casa. "Por la oscuridad, el silencio, el volumen... son cosas que alteran tu manera de relacionarte", sentencia el cineasta.

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Fotógrafa y periodista. Graduada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Técnica Superior en Imagen e Iluminación. En la actualidad es redactora de El HuffPost, antes en el departamento de redes sociales de Cadena Ser. Contacto: cristina.valdivielso@huffpost.es