Manuel Burque: "He decidido no implicarme en política. Me agotó"
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Manuel Burque: "He decidido no implicarme en política. Me agotó"

El cómico y guionista conduce junto a Henar Álvarez el podcast 'Buenismo Bien'.

El cómico y guionista Manuel Burque.ferdiPerez

Se hizo esperar... Desde el mes de octubre los seguidores de Buenismo Bien, uno de los podcast de más éxito en nuestro país, esperaban el regreso de este espacio de humor, entrevistas y actualidad. Finalmente, el 10 de enero comenzó la séptima temporada con dos grandes novedades: solo está disponible en Podimo y Quique Peinado ya no forma parte de él.

El programa, ahora en manos de Manuel Burque y Henar Álvarez, sigue conservando la esencia de los inicios, desde su sintonía —la canción Viva la gente versionada por Delaporte— hasta las secciones de Burque, Confesiones, y Nanismo Nani, de Henar.

Todo sigue la línea editorial que les llevó al éxito... excepto una cosa: Manuel Burque ha decidido "no implicarse políticamente". “Me agotó. Hay una cosa ahí, quizá por Twitter, que te sesga mucho. Hay tanto odio y tanta ira que no puedes escuchar un punto de vista que no sea el que tú tienes. Y entonces es muy goloso poder ir ahí y vomitar lo que sientes, porque sabes que hay gente que te lo va a aplaudir y te va a levantar a hombros. Es muy goloso porque tiene respuesta inmediata: cuando denuncias algo de una forma muy política tienes respuesta de la gente a la que esa postura le resulta suya. 'Has dicho lo que yo quería decir y estoy súper indignado', con lo cual eres mi referente y entonces lo que hago es aplaudirte todo. Pero cuando te sales un poco, entonces se enfada mucho porque en teoría estabas cumpliendo las casillas de lo que él pensaba: '¿Como puedes ahora pensar esto diferente?', explica el guionista, cómico y actor —y colaborador del programa de La Ser A vivir—.

¿Por eso borraste tu cuenta de Twitter hace ya un tiempo, verdad?

Me fui de Twitter, borré Twitter, nada más. No tengo Twitter. Y de hecho, cada vez que me meto veo que hay virulencia y creo que la sociedad no refleja eso. La sociedad no reacciona como en las redes sociales, hay más posturas de las que creemos y hay gente que ni siquiera tiene postura, pero como tienes un montón de gente diciendo este y otro montón de gente diciendo lo otro, se pierden.

Y si te fijas, ahora hago reflexiones mucho más contradictorias. No me meto en política e intento no meterme en pantanos. Al final lo que quiero es que me escuches y hacerte pensar y que te hagas preguntas. Entonces, si te sesgo políticamente, pierdo la posibilidad de que esa persona se haga preguntas. Yo tengo familiares que no piensan ideológicamente como yo y que con lo de mi madre —fallecida recientemente— estuvieron supercerca, y se desprendían totalmente de las partes ideológicas y había puentes. Porque los seres humanos somos así: por mucho que nos parezca que lo personal es también político, eso no quiere decir que tengas que tachar a todo el mundo que opine cosas que no son las que tú opinas, aunque te parezcan nocivas.

Desconectas del móvil, desconectas la radio, desconectas la tele, sales a la calle ¿y notas hostilidad? Yo no la noto...

¿Pero esta es una reflexión-conclusión que haces ahora por la etapa vital en la que estás?

Yo ya estaba cansado pero el cambio ha llegado con lo de mi madre, con la muerte de mi madre. Yo no quiero incomodar a gente de mi familia imponiendo ciertas cosas, quiero que reflexionen conmigo.

Y yo que sé, también es una época, una racha. Yo, ideológicamente, está claro lo que pienso, pero no hace falta que le esté diciendo a todo el mundo todo el rato lo que creo. Me gusta escuchar otras voces. Ahora mismo, me encanta escuchar a Juan Manuel de Prada, que está en la tertulia de Hora 25. Me parece que es un tío educado, conservador, y que es coherente con su forma de pensar. Tiene ideas con las que yo no estoy de acuerdo y otras muchas con las que sí que estoy de acuerdo. Me gustaría conocerle, la verdad. Tiene unos principios como muy cristianos y de ahí nace todo su pensamiento político, pero encuentra cosas coherentes en mi ideología; le encaja, no lo defiende como yo, pero le encaja porque no está sesgado. Creo que deberíamos sesgarnos menos y escucharnos más.

Parece que está todo muy hostil y a la vez no está, porque creo que la sociedad no es así, no está como parece que está en los medios. Desconectas del móvil, desconectas la radio, desconectas la tele, sales a la calle ¿y notas hostilidad? Yo no la noto...

Estás pasando un momento personal un poco especial, hace pocos meses que murió tu madre. Hablas mucho de ello: ¿como terapia?

Sí, porque en mi casa nunca se ha dejado de hablar de las cosas que nos afectan. Mi madre era psicóloga, a mi padre le interesa mucho encontrar, de alguna manera, la tranquilidad, la felicidad del camino más espiritual, pero siempre lo ha hecho.

Leí en su momento, cuando me estaba formando, que la comedia tenía que ser personal, tenías que poner tu vida, y yo lo llevaba al extremo

Buenismo Bien es uno de los podcast más escuchados y te expones mucho a nivel personal...

También es porque he seguido un imperativo que leí en su momento, cuando me estaba formando, que la comedia tenía que ser personal, tenías que poner tu vida, y yo lo llevaba al extremo. Pero fíjate que mi vida emocional, mi vida sentimental, nunca la cuento. Hablo de cosas en las que yo me puedo sentir vulnerable y con las que se puede identificar la gente conmigo, y en el A vivir —el magazine de Javier del Pino en el que colabora—, sobre todo, me sirven para enganchar, como para hacer las introducciones.

En el podcast te has revelado como un autético hipocondriaco, ¿no?

Sí, sí que soy hipocondriaco. Y la verdad es que a veces parece que disfruto con mis debilidades, pero no disfruto, no es verdad. Lo que pasa es que me parece que están muy a mano para hacer comedia. Yo preferiría no ser hipocondriaco, no agobiarme, no tener problemas cervicales... Me gustaría estar muy bien y no tener nada de gracia y no hacer humor.

Contaste que tus problemas de cervicales parecen estar relacionados con tu ‘adicción’ a TikTok. ¿Qué tiene TikTok?

Sí, sí, sí, es un problema. Es un zapping hipervitaminado, es un zapping a lo bestia, ¿no?  Es como estar viendo la tele,  cambiando de canal. Pues aquí te van poniendo vídeos muy cortitos, normalmente el algoritmo hace que te lleguen los mejores, los más adictivos, los más graciosos, los más emocionantes... según lo que tú necesites ver para que no te desconectes, porque ves un vídeo y tienes el siguiente y quieres el siguiente...

Yo tengo como una estenosis en la columna, que es un estrechamiento de la columna vertebral del canal medular, y luego tengo un desgaste cervical, que es lo que se llama artrosis, pero al mismo tiempo tengo afectado el nervio cubital y se me duermen o me duelen las manos por la noche. Así que la única manera de evitar el dolor es dejar el móvil y los días que me lo impongo duermo mucho mejor, es superevidente.

Ahora hay dos historias ocupando mucho espacio en TikTok: Kate Middleton —aun no había anunciado que padece cáncer— e Isabel Díaz Ayuso. ¿Cuál te engancha, te apasiona más?

No sé decirte... La de Kate es porque a mí me gusta mucho de The Crown y parece una nueva temporada.  Netflix y la serie han hecho un favor muy grande a la hora de empatizar con ellos porque, de repente, los ves como personajes vulnerables.

En la de Ayuso, veo un The Wire, pero no solo por la pareja. Te planteas: ¿tanta gente sacó tajada cuando estábamos todos encerrados, cuando éramos tan vulnerables? ¿Había gente aprovechándose de esa debilidad estatal? El mundo estaba en un estado de debilidad y había gente que lo aprovechó de forma carroñera para lucrarse.  Y dices, '¿qué estará pasando ahora?'. Ahora no estamos en esa situación de vulnerabilidad pero seguro que hay rendijas por las que gente se mete, se aprovecha y se lucra. Siempre hay, siempre hay, pero salen años más tarde. No hay que centrarse solo en Ayuso, hay que levantar las alfombras. Es lo que hay que hacer para que cambien los controles y las normas y la regulación que hay al respecto. Igual que la corrupción no es la misma que hace veinte porque hubo una especie de concienciación colectiva de que no podía haber tanta corrupción. Y supongo que es poco a poco ir limpiando. Deberíamos cambiarlo como como un pacto social, entre todos.

Manuel Burque y Henar Álvarez durante la grabación de 'Buenismo Bien'.ferdiPerez

Hablemos ahora de Buenismo Bien. ¿Sois el podcast más antiguo o de los más antiguos?

Lo comenzamos en 2016-2017, pero creo que es más antiguo Nadie sabe nada, de Andreu Buenafuente y Berto Romero, y Todopoderosos. Al principio empezamos con muy pocos oyentes y nos fueron dandon confianza. También es verdad que la apuesta por Henar hizo que el podcast creciese muchísimo. Creo que en eso sí que fuimos de los primeros, en tener una cómica tan protagonista del podcast. 

Y luego también se disparó un poco en la pandemia por el Buenismo diario, que lo hicimos por altruismo, por amor a la gente que estaba encerrada. Era agotador. Ahí yo bebía mucho vino porque estabas ahí encerrado y decías: 'Bueno, vamos a grabar un vídeo', y te servías un vino. Después pensabas: 'Tengo que parar de beber...'.  Y luego la parte de los shows en directo también ha sido un sido demencial.

¿Los vais a recuperar, vais a volver a los teatros?

No sabemos nada, vamos día a día. También te digo que a mí me cambió la vida que muriese mi madre y me toma las cosas de otra manera.

Por el programa han desfilado ya muchísimos invitados. ¿Se os ha resistido alguno?

Infiltrados
Un proyecto de Ikea

Se nos resistió Évole mucho tiempo, pero al final lo hemos conseguido.  Intentamos el Papa pero es muy difícil y ya es muy complicado. Pero el Papa nos molaría. Hemos traído a Bad Gyal en esta nueva temporada. Bueno, ella ya había estado, lo que pasa que fue online, cuando la pandemia,  por videollamada. Pero entre un programa y otro ella se ha convertido en una megaestrella.

MOSTRAR BIOGRAFíA

Mila Fernández es editora de branded content y redactora de LIFE en 'El HuffPost'. Convertir a los lectores en seguidores fieles de nuestras marcas es su objetivo. Antes fue redactora de viajes, estilo de vida y entrevistadora en varias publicaciones femeninas y de viajes. Además, ha sido locutora y presentadora y esa espinita se la saca conduciendo nuestro podcast 'Tarjeta Morada'.