¿Por qué bailamos el reggaeton?

¿Por qué bailamos el reggaeton?

Simple, directo y repetitivo (que no es crítica, sino halago), este destilado de los ritmos caribeños originales domina las pistas de baile del mundo entero.

Myke Towers en una imagen de archivo.Getty Images

La semana pasada hablaba de la sencillez como concepto básico de la música popular. Hoy profundizaremos en esta idea tomando como ejemplo el reggaeton, el género “Rey” de nuestra era.

La música es movimiento, y el movimiento, baile. Pero, ¿alguna vez te has parado a pensar por qué? ¿Por qué algunos estilos nos empujan a bailar más que otros? A través del reggaeton, y deshaciendo el camino de su historia, vamos a responder a esta pregunta universal.

Existe en la música un patrón ancestral, del que no se conoce origen exacto, que se llama clave. Así suena:

Ahora, imagina que cogiéramos sólo la segunda mitad de la clave y la repitiéramos en bucle.

Esos 3 golpes, rítmicos y constantes, son la base del género musical que domina nuestro siglo. ¿Notas el empujón que produce el 2º golpe? Se conoce como síncopa, aunque para este artículo lo entenderemos, sencillamente, como un empujón del ritmo.

Aquí, a partir del segundo 30, tenemos un ejemplo real, ¿oyes la clave?

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En LALA, de Myke Towers, escuchamos el mismo patrón que tocaba en el vídeo con un golpe extra de batería, pues no nos interesa el silencio si lo que buscamos es mover las caderas. Así, con esos 3 golpes de la clave y el extra del bombo, creamos un ritmo que se llama dembow, o, en la jerga popular, reggaeton.

En su origen (o variante más compleja), encontramos géneros más clásicos como el Son Cubano. En estos estilos “originales”, la clave se interpreta entera (los dos compases), como en el primer vídeo explicativo, lo cual permite una mayor complejidad rítmica. Aquí un ejemplo, de Buena Vista Social Club, con la clave completa:

En esta canción, más orquestal y llena de matices, el patrón lo marcan, principalmente, las congas. Es un patrón constante (puedes probar a dar palmadas con la clave por encima de la grabación) y sobre él se construye todo lo demás.

De la simplificación de ese patrón nace el reggaeton, la rumba, algunas variantes del pop más mainstream y un sinfín de estilos musicales, todos bailables, que le deben su origen al Caribe. Simple, directo y repetitivo (que no es crítica, sino halago), este destilado de los ritmos caribeños originales domina las pistas de baile del mundo entero, siendo, si lo deconstruimos hasta su partícula más pequeña, una recreación del ritmo interno de nuestro cuerpo. Y es que lo bueno, si es simple, dos veces bueno.