El yate superveloz del rey Juan Carlos lo dejan a precio de ganga

El yate superveloz del rey Juan Carlos lo dejan a precio de ganga

Se trata de una de las embarcaciones de cabecera del emérito.

El rey Juan Carlos navegandoGTRES

Dos son los barcos que se han asociado al rey Juan Carlos: el Bribón y el Fortuna. Actualmente, cada uno vive una suerte distinta. Mientras que el primero sigue compitiendo en distintas regatas, el Fortuna se encuentra en dique seco. Concretamente, se encuentra amarrado en el puerto deportivo de Denia (Alicante) bajo el nombre de Foners, según informan en Infobae.

La embarcación, considerada una de las más veloces del mundo, posee un casco de aluminio y un peso de 35,4 toneladas. De hecho, se asegura que puede alcanzar los 130 kilómetros por hora, dispone de un calado de 1,47 metros y 9,2 metros de carga máxima. Con respecto a la distribución, cuenta con un comedor, una cocina y cuatro camarotes dobles para ocho pasajeros, así como con otras tres estancias para la tripulación.

El barco era uno de los habituales en la flota del rey Juan Carlos hasta poco antes de su abdicación en 2014. Entonces, el Fortuna pasó a ser propiedad de Patrimonio Nacional, aunque Fundatur, Fundación Turística y Cultural de las Islas Baleares, que fueron quienes se lo vendieron al monarca en el año 2000 bajo la premisa de ser "el más rápido del mundo", lo reclamó y lo recuperó.

Unos meses después, se lo vendieron a la empresa naviera Balearia por 2,2 millones, un precio bastante inferior a lo que costó su construcción en 1997, 18 millones de euros. Fue construido en los astilleros Bazán en San Fernando (Cádiz) para sustituir al anterior Fortuna, donado en 1979 por el rey saudí Fahd.

Desde que fue adquirido por Balearia, ha tenido varias rebajas en el precio para intentar venderlo, sin éxito. En 2018, según Infobae, intentaron venderlo por ocho millones de euros. En 2019 bajó a la mitad, cuatro millones, y en 2021, los dueños decidieron ajustar el precio a la inversión inicial realizada: 2,2 millones de euros. Pero tampoco lo consiguieron ni siquiera a través de las empresas de compraventa de embarcaciones de lujo.