Al otro lado de la ventanilla: cómo viven los loteros la Lotería de Navidad

Al otro lado de la ventanilla: cómo viven los loteros la Lotería de Navidad

Cuatro loteros cuentan qué supone para ellos este sorteo, cuáles son los números que más les piden y cómo es dar el Gordo.

María José Petisco, de la Administración A Meiga de Noia, en A Coruña, celebrando el Gordo de 2022.Europa Press via Getty Images

El golpeteo de las bolas chocando unas con otras mientras gira el bombo. Las manos nerviosas de los niños de San Ildefonso. El soniquete 'mil eeeeuroooos' repetido una y otra vez hasta que España se une en un 'ay' en cuanto sale el Gordo. Las conexiones en directo con reporteros salpicados de champán. Las mil y una anécdotas. Las alegrías, los 'tapar agujeros', los 'casi'. El Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad del 22 de diciembre tiene en España su liturgia, sus tópicos y sus tradiciones y también se vive intensamente al otro lado de la ventanilla.

"Para nosotros, poniendo un símil, es como jugar la final de un Mundial". Así lo siente Joaquín Monroy, CEO de la administración La Chulapa de Moncloa (Madrid) y nombrado Mejor lotero de España en 2023. "El 22 de diciembre es cultura en este país", afirma Monroy, quien que ha pasado de la ilusión de cuando era pequeño "a la pasión" a la hora vivir el sorteo como profesional. "Es el día del año en el que nos jugamos todo. Un lotero trabaja todo el año para que el día 22 salga todo lo mejor posible, como cuando estás preparando tu boda o un evento importante", compara.

"Lo vivimos como cazadores de sueños. Yo por lo menos", afirma Miguel Ángel Zapata, cara visible de Loterías Perolo, de San Pedro del Pinatar (Murcia) y predecesor de Monroy, puesto que fue el Mejor lotero de España de 2022. "Es el trabajo más bonito del mundo", defiende. "El lotero lo vive, ¿qué cosa hay más bonita que repartir ilusión? ¿Cómo se mide la energía de la ilusión? Tenemos la energía fotovoltaica, que se ha puesto de moda, la nuclear... pero, ¿y la de la ilusión? ¿Cómo se mide eso? ¿Cuánta luz le daríamos al mundo si le contagias la ilusión a otra persona?", se pregunta.

Mucho trabajo (y muy necesario para ellos)

Energía es precisamente lo que han necesitado en las últimas semanas, puesto que "es la época del año donde más trabajo hay con diferencia", apunta Luis Vacas, lotero en Collado Villalba (Madrid). "Los meses de más trabajo son estos. Se empieza desde julio a vender Navidad, pero estos meses son los más fuertes. Sobre todo diciembre, que la gente cobra la paga extra", añade.

"Para nosotros, poniendo un símil, es como jugar la final de un Mundial. Es el día del año en el que nos lo jugamos todo"
Joaquín Monroy

Como explica, la venta de Lotería de Navidad supone la mayor fuente de ingresos de las administraciones: "Si no fuera por este sorteo, seguramente cerraríamos la mayoría". De hecho, ni el Sorteo del Niño les da alegría: "Antes se vendía más porque la gente cambiaba lo que le tocaba de premios y reintegros en Navidad por el Niño, pero la gente ya suele cobrarlo". La de Lotería de Navidad es para él "la campaña que te da la vida para el resto del año porque si no, mal asunto".

La venta comienza en verano y muchos destinos vacacionales lo notan. "Ya se vendió mucho en agosto, a mucho veraneante", recuerda María José Petisco, de la administración A Meiga de Noia (A Coruña). Tras el periodo estival notan un parón, pero "luego empiezan las empresas, los grupos de amiguetes...". "Yo creo que una vez que Loterías pone el anuncio en la televisión es como un toque de atención de ‘¡eh, a comprar, que luego nos quedamos sin ella!", se ríe.

La lotera también nota que en los últimos 15 días acude mucha gente "porque tiene que compartir, los décimos que compró no le llegan, tienen que hacer un regalo porque le dieron.... siempre hay los de última hora". Y también los de "ya tengo, pero vengo a por el bueno". En Perolo también notan ese empujón final. "Sobre el 40% de las ventas se hace el último mes. Por internet diría que más del 60% la última semana", estima Zapata.

"Si no fuera por este sorteo, seguramente cerraríamos la mayoría"
Luis Vacas

Monroy apunta que su caso es más especial, porque se han "hinchado a premios este año": "Llevo este año tres Gordos de Lotería Nacional, no lo ha conseguido nadie en el país". "Este año hemos duplicado las ventas en general y en Navidad el trabajo no es que sea el doble, es cuatro veces más. El problema es que para muchos compañeros el trabajo es cuatro, cinco o diez veces más, pero no lo ven compensado económicamente en el sentido de que ganen diez veces más", lamenta el lotero.

Del furor por el 13 a décimos en sobres sorpresa

En cuanto a lo que más les demandan sus clientes para la Lotería de Navidad, tanto Luis Vacas como María José Petisco coinciden en que el 13, el número de la mala suerte, es paradójicamente el más solicitado. "No sólo en Navidad, sino el resto del año", apostilla el primero. Después, entre los números más pedidos también mencionan el 15, el 69 o la terminación del año en curso o el que está a punto de empezar. "Del 23 hace casi dos meses que no hay ningún número", resalta Petisco.

"No quieren los feos, los que tienen muchos ceros o cifras repetidas", señala Vacas, que recuerda que sea como sea el número, "al final es una bola y puede salir cualquiera". Petisco añade que tampoco suelen gustar los números "muy pequeños": "A veces sacas números así y de repente viene alguien y te dice 'ese, que me encanta'. Y es el que nadie quería, que tiene números iguales. El que no te gusta a ti, le gusta al que viene detrás".

"La gente pide lo que escucha en televisión: que si fulanito dice que va salir tal número, que si Cristiano Ronaldo compró el número aquel...", agrega la lotera. "Antes eran los famosos adivinadores de la tele, que decían un número y se acababa en dos minutos", rememora Vacas. Ahora, en cambio, ese efecto lo provoca la inteligencia artificial: "Dijo que si 95 o 52... y está la gente preguntando como loca por esas terminaciones".

"La gente pide lo que escucha en televisión: que si fulanito dice que va salir tal número, que si Cristiano Ronaldo compró el número aquel..."
María José Petisco

En Loterías Perolo su día a día es totalmente distinto, porque le dieron "una vuelta" a la hora de vender los números. "Nosotros tenemos sobres sorpresa: los décimos van metidos en un sobrecito y no ves el número", cuenta Miguel Ángel Zapata. "La gente lo que quiere escuchar el día 22 es 'ha caído en la calle Gabriel Cañadas 17', abrir rápido el sobre y vivir ese momento de emoción", detalla.

Así, han convertido la tradición de comprar el décimo en una experiencia que no termina ahí: "Nuestros décimos están perfumados. En vez de una administración, parece una panadería, porque huelen a canela, a chocolate, a turrón...".

Décimos viajeros y el "no va más" de dar el Gordo

Los cuatro loteros reciben incluso a clientes venidos de otros puntos de España o de personas que compran esos décimos para enviarlos a seres queridos en el extranjero. Hace unos días, Luis Vacas recibió en Collado Villaba a unos clientes que vinieron en tren desde otra ciudad, pero "no quisieron decir de dónde venían": "Querían un número en concreto que dio la casualidad de que lo teníamos nosotros".

En la administración de San Pedro del Pinatar venden mucho a madrileños que veranean en La Manga y, sobre todo, a gente de Barcelona, mientras que desde Noia Petisco cuenta que hay quien le dice "dame el bueno, porque va para Canarias', o 'a Suiza', o 'mira, que me los llevo para Nueva York, que tengo allí a la familia".

Joaquín Monroy, en Madrid, afirma que al haber hecho tantas entrevistas este año, además de haber repartido el Gordo de 2022, recibe clientes tanto de toda la Comunidad como de "muchísimas partes de España". "A mí el año pasado me salió redondo, laboralmente fue el mejor día de mi vida", reconoce. Ahora mismo tiene "una cantidad de ventas y de llamadas" que ha tenido que montar una infraestructura para gestionarlo todo y de dos empleados han pasado a ser ocho.

  Joaquín Monroy, de La Chulapa, elegido Mejor lotero del año 2023.Cortesía de Joaquín Monroy

Petisco también vendió de ese Gordo, algo que recuerda como "el no va más": "Fue un décimo solo. Nadie lo quería porque era el 05490. Empezaba y acababa por cero, muy bajito. Estuvo ahí en la ventanilla y nadie lo quería. Me lo dijo mucha gente: ‘¡Lo vi y no lo quise, mecachis!". Al ser la única de su localidad que hasta el momento ha dado premios de Navidad, está notando el tirón este año: "Llevamos dos semanas, tres, con bastante gente".

En la administración de Zapata, en Murcia, encaran la octava Navidad: "En las siete que llevamos hemos dado 32 premios mayores, de ellos cuatro Gordos". Por ello, notan que suben las ventas "todos los años": "Tengo una cola ahora mismo de una hora, hora y media".

Vacas, que dio parte del Gordo de 2012 y un quinto premio en 2009, señala que para un lotero dar estos premios mayores le supone, principalmente, publicidad, y que antaño quizá se notaba más tirón: “Ahora, como todas las noticias, pasa muy rápido”.

Champán y hasta cortar la calle para ver el Sorteo

El cosquilleo y los nervios también les acompañan en la mañana del Sorteo. Petisco, por ejemplo, no se despega de la pantalla informativa de su administración, donde se da en directo: "Ese día estoy al loro y tengo la página nuestra de Loterías abierta, cada vez que sale un número voy a todo correr a ver dónde salió. El año pasado con el Gordo empecé a saltar".

Confiesa que este año aún no tiene el champán preparado, que los loteros suelen tenerlo por si toca celebrar. "El año pasado no sabíamos ni cómo estaría porque llevaba un año, que en la Navidad anterior no se había dado nada", admite entre risas. "Tuve que llamar a mi hijo, que mucha gente no sabía que lo era y pensaban que le había tocado porque lo vieron en la foto descorchando el champán", añade. "Siempre hay que tener una botella en la recámara por si las moscas", afirma Vacas.

En Perolo directamente tienen una "sala gigante entera ya preparada" con champán. "Lo tenemos todo, también todas las camisetas de nuestro color corporativo, que es el rosa: la del primer premio, la del segundo, la del tercero, cuarto, quinto... un montonazo", enumera Zapata.

"Cortamos la calle, ponemos un tráiler con una pantalla gigante para que lo vean todos los vecinos y hacemos migas para más de mil personas"
Miguel Ángel Zapata

Asegura que hacen "la fiesta más grande de la Lotería", y no es exageración: "Cortamos la calle, ponemos un tráiler con una pantalla gigante para que lo vean todos los vecinos y hacemos migas para más de mil personas". Por si fuera poco, también hacen "el arroz al caldero más grande del mundo, con un caldero que no cabe en la calle, con una grúa".

Monroy ese día abrirá la administración, pero no atenderá en ventanilla, sino que harán una celebración: "Voy a poner el sorteo en directo y estamos preparando una performance". También invitará a churros y chocolate, para convertir el día en una jornada de agradecimiento a sus clientes y a sus empleados. A estos últimos, además, se los llevará a comer. "Yo voy a estar de los nervios, pero ese día quiero que todos disfruten", sostiene.

"Nuestra ilusión es dar el premio, que es por lo que nos levantamos por la mañana y poder cambiarle la vida a alguien", resume Zapata.

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