El "caso trágico" de la muerte "no intencionada" de siete trabajadores de la ONG World Central Kitchen en Gaza eleva la presión verbal internacional contra el Gobierno del cuestionadísimo Benjamin Netanyahu. Sin embargo, las advertencias y resoluciones no se traducen en medidas.
Su ministro de Seguridad Nacional, el ultraderechista Ben Gvir, ha pactado con él aplazarla, pero no suspenderla. Israel se había echado a las calles para protestar contra el plan del Gobierno.
Ocupación, bombardeos... y asistencia humanitaria. Tel Aviv se niega a dar detalles, pero los medios informan de que asistirá a Damasco por petición rusa.
El secretario de Estado norteamericano defiende la solución de dos Estados. "Todo lo que aleje de ello es perjudicial para la seguridad a largo plazo de Israel".