Simularán desembarcos aéreos, entrega de cargamentos y ayuda a heridos, pero también van a patrullar la frontera por donde el 24 de febrero empezó la invasión.
La capital ucraniana ya fue objetivo prioritario de Putin al comienzo de la guerra, cuando lanzó un convoy militar de hasta 64 kilómetros que nunca llegó a Kiev.
Cuando se habla de una nueva etapa en la guerra, que podría implicar un nuevo ataque terrestre desde suelo bielorruso, los líderes hablan apenas de un “espacio de defensa unido”.
Vladímir Makéi, 64 años, no tenía dolencias conocidas. En tiempos fue prooccidental, lo que lo señaló como un posible interlocutor para Ucrania. De ahí las dudas sobre lo ocurrido.
“Uno de los principales objetivos es la central nuclear bielorrusa Astravets”, asegura el comunicado de la Dirección de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Kiev.
La Academia Sueca otorga un galardón compartido al abogado bielorruso y a las organizaciones rusa y ucraniana por su defensa de los derechos humanos, en un simbólico gesto que premia el activismo civil.
El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, aseguró hace unos días que va a "cortar la cabeza" a cualquiera que busque perturbar "la paz y la tranquilidad" de su país.