Moscú dice que ha tomado Márinka, que tenía casi 10.000 habitantes antes de la guerra y ahora se encuentra reducida a ruinas, cerca de la capital de Donetsk.
Kiev continúa lanzando operaciones en dirección a Berdiansk y Melitópol, ciudades ocupadas por Rusia en el sur, y prosiguen los avances en Bajmut y Donetsk, al este.
La primera semana formal de contraofensiva arroja la recuperación de siete pueblos rurales sin importancia estratégica y feroz resistencia rusa. Los aliados dicen que su ayuda "marca la diferencia" en el campo de batalla y que la mantendrán.
Moscú sostiene que Kiev ha perdido más de 1.500 militares, 28 tanques, incluidos ocho Leopard alemanes, tres cazacarros franceses y 109 vehículos blindados.
"La lucha continúa. La dirección de Donetsk resiste. Y hacemos todo, sin detenernos ni un solo día, para fortalecer la defensa ucraniana", insiste el presidente desde Kiev.
Su fundador, Prigozhin, habla aún de "batallas urbanas" pero da por caída esta ciudad, importante por su red de minas de sal, que sirven de refugio o de naves de armamento.
Tras acumular 300 bajas, un grupo de soldados de élite publican una carta en la que sostienen que fueron enviados a "una incomprensible ofensiva", una dureza poco común.