El líder de la oposición no ha logrado derrocar a Maduro y ahora arrastra un lastre doble: una imagen deteriorada y una disidencia que se aleja de sus planteamientos.
El expresidente español causa polémica al reclamar a “una reflexión serena” sobre las sanciones y el reconocimiento del Parlamento tras las elecciones de ayer.
La renovación de la Asamblea Nacional implica la entrada de nombres fuertes del equipo de Maduro y la salida de Guaidó, líder de la oposición, que no ha participado.
Capriles quiere ir a las elecciones legislativas y Guaidó se niega. Así lleva toda la vida la disidencia, dividida por ideologías, liderazgos y apuestas.