El hombre salió con un permiso de prisión, donde estaba por la agresión a la joven, cuando se topó con la mujer y le preguntó por su víctima. Ella fue a una gasolinera, lo roció mientras estaba en un bar y le prendió fuego con una cerilla.
Un primer agresor aisló a la víctima y, pese a su negativa firme a mantener relaciones, la violó. Luego se turnaron tres hombres más. La víctima logró zafarse de un quinto atacante.
Primero fue atacada una niña de 12 años. Luego, el consejo local ordenó que el hermano de la violada le hiciese lo propio a la hermana del violador, de 17.