La revueltas del campo se apuntan el triunfo del purín en este tipo de fincas

La revueltas del campo se apuntan el triunfo del purín en este tipo de fincas

El Ministerio de Agricultura se abre a aliviar las exigencias que impone un decreto que negocia con los agricultores respecto al uso y aplicación de este tipo de abonos.

Un agricultor gallego recoge maíz en un campo ubicado en Laxe, A Coruña.XURXO LOBATO

Pese a las sanciones que Europa propone para España por las aguas contaminadas como consecuencia del uso excesivo de químicos en la agricultura y ganadería intensiva o por las macrogranjas, los agricultores españoles han conseguido arrancarle al Ministerio de Agricultura un compromiso para rebajar las exigencias que se iban a poner en marcha para que las granjas reduzcan las emisiones de gases procedentes de su actividad.

Así, después de las protestas de los agricultores en las principales ciudades de España, el Gobierno está dispuesto a aliviar algunas exigencias respecto al uso de los purines para abonar los campos que recogía el decreto que el departamento de Luis Planas negociaba con los principales actores del sector agrario para establecer unas normas básicas para la nutrición sostenible de los suelos agrarios. Algo que había crispado al sector, al menos en Galicia, porque amenazaba métodos tradicionales de abono, condenando a muchas explotaciones a realizar nuevas inversiones para evitar sanciones. 

Así, según el portal Galiciaé, los agricultores de la cornisa cantábrica con fincas de menos de dos hectáreas tendrán permiso para seguir empleando los sistemas tradicionales que se han usado hasta ahora para el abono. Por lo tanto, se permitirá el uso de los métodos de plato, abanico y cañón para esparcir los purines en el campo en la época de nutrición de la superficie agrícola. 

Además de esta novedad, el Ministerio de Agricultura se abre a la posibilidad de que los agricultores que son titulares de fincas de más de dos hectáreas puedan echar mano del método del plato invertido que, según los expertos, es más económico y reduce también las emisiones de amoniaco. La condición que impone el departamento de Luis Planas en este punto es que el gobierno autonómico de turno reconozca este sistema.

El objetivo final de Agricultura es el de reducir las emisiones de gases, por lo que señala que la lista de métodos para conseguirlo "no es exhaustiva" ni está cerrada, así que las comunidades pueden reconocer fórmulas que permitan llevar su plan a buen término.