Aznar se negó a la igualdad en la Corona antes de nacer Leonor

Aznar se negó a la igualdad en la Corona antes de nacer Leonor

Una reforma de la Constitución que aún no se ha conseguido.

El rey emérito, Juan Carlos I, recibe a Jose María Aznar en el Palacio de Marivent, cuando aún era presidente del Gobierno.Carlos Alvarez

La princesa Leonor nació el 31 de octubre de 2005 en Madrid, pero antes incluso de que la Casa Real anunciase el embarazo de la princesa Letizia (aún quedaban nueve años para la abdicación de Juan Carlos I), antes incluso de que se conociese el sexo que la heredera de la Corona, su abuelo planteó una reforma de la Constitución para suprimir el artículo 57.1 de la Carta Magna, que recoge la prevalencia del varón sobre la mujer en la sucesión.

Tal y como ha revelado en exclusiva el digital Artículo 14, Juan Carlos I fue firme defensor de eliminar una ley semi sálica que, según la palabras del entonces jefe del Estado, "es una inconstitucionalidad constitucional. Una inconstitucionalidad sobrevenida", señala el citado medio que, además, asegura que se elaboraron hasta dos borradores de reforma que acabaron guardados en un cajón. También apunta, citando a fuentes de Zarzuela, que el emérito inició conversaciones con José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero, presidente el Gobierno y líder del principal partido de la oposición, respectivamente, para aprobar la reforma antes de las elecciones de marzo de 2004. La Princesa Leonor nació siete meses después de esa cita con las urnas.

El propósito de la reforma que tanto interesaba a Don Juan Carlos I era el de modernizar la imagen de la monarquía española, equiparándola al resto de las casas reales europeas y, también, prevenir los problemas que pudiesen surgir si el entonces Príncipe de Asturias y Doña Letizia tuvieran una hija seguida de un hijo varón. También porque para iniciar una reforma constitucional de calado, en este caso de la Ley de Sucesión, hace falta que dos tercios de las Cámaras voten a favor, que se convoquen elecciones, que nuevamente se reúnan los apoyos necesarios para reformarla y someter la propuesta a un referéndum.

La convocatoria electoral de 2004, marcada por los atentados yihadistas del 11-M, era la oportunidad perfecta para iniciar el proceso de reforma: el bipartidismo que representan PSOE y PP, dos partidos constitucionalistas, dominaba el Congreso y el Senado. Aspecto que haría más sencilla su tramitación una vez conocidos los resultados de las elecciones. A nadie se la pasaba por la cabeza, entonces, que el panorama político fuese a cambiar.

El único temor, por la posibilidad de reabrir el debate sobre la República, era el de la convocatoria del referéndum. Pero reconocidos constitucionalistas, los letrados de las Cortes y José Luis Rodriguez Zapatero, se mostraron a favor de proceder a la reforma. Sin embargo, José María Aznar, aún en La Moncloa, se opuso. Su argumento: cualquier cambio en la Constitución sería una traición al espíritu de la Transición y podría afectar a la estabilidad democrática en España. Así que frenó la iniciativa del rey emérito.

Zapatero, una vez en el Gobierno, solicitó al Consejo de Estado un informe para iniciar los trámites necesarios de una reforma que intentó llevarse a cabo durante la transición del Gobierno de Adolfo Suárez (UCD) hacia el de Felipe González, pero que impidió, otra vez, la falta de acuerdos. Y así sigue la Carta Magna. El 31 de octubre de 2023, cuando la princesa Leonor cumplía los 18 años, juró ante las Cortes Generales una Constitución que todavía no han igualado al hombre y a la mujer en la sucesión al trono.