Julian Assange no será extraditado a Estados Unidos y podrá apelar en Londres

Julian Assange no será extraditado a Estados Unidos y podrá apelar en Londres

El Tribunal Superior de Justicia de Londres permite al australiano seguir batallando contra su extradición a Estados Unidos, a quien solicita garantías de que Assange no será discriminado por su nacionalidad o condenado a muerte.

Julian Assange, en la embajada ecuatoriana en Londres, en 2017.Jack Taylor

Julian Assange no será extraditado a Estados Unidos, al menos no de manera inmediata, según la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Londres, que este martes debía decidir si el ciberactivista podía seguir apelando en Reino Unido o, en caso contrario, ser juzgado en el país norteamericano, donde se le acusa de varios delitos por espionaje y podría enfrentar una pena de hasta 175 años de prisión.

Según la decisión hecha pública por el Tribunal británico, los jueces estiman que Assange tiene motivos suficientes para defender y presentar su caso con el objetivo de evitar su expulsión del Reino Unido en una nueva vista fijada para el mes de mayo. No obstante, el australiano todavía puede ser extraditado si en tres semanas el Gobierno de Estados Unidos garantiza, de manera fiable, que respetará su Primera Enmienda, referida a la libertad de expresión, que no será discriminado por su nacionalidad o condenado a muerte.

La decisión del Alto Tribunal supone únicamente que Julian Assange gana un poco más de tiempo para seguir evitando su extradición. Si la decisión última fuera esta, no obstante, fuentes cercanas a Assange han confirmado a El HuffPost que acudirán al Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

Stella Assange, abogada, defensora de los derechos humanos y mujer de Julian, ha celebrado en las puertas del Tribunal londinense que los jueces hayan reconocido que el australiano "está expuesto a una flagrante negación de su derecho a la libertad de expresión, está siendo discriminado por su nacionalidad y sigue expuesto a la pena de muerte". No obstante, ha lamentado que lo único que el Tribunal haya decidido, en última instancia, sea "invitar a Estados Unidos a enviar una carta diciendo que todo está bien", que ofrecen las garantías suficientes para que esto no ocurra. 

"Cinco años después de iniciarse el caso", ha señalado Assange, "los tribunales han acordado examinar la evidencia de que Estados Unidos ha conspirado para secuestrar y asesinar a Julian, por lo que no puede ser enviado allí". Julian, ha defendido, "es un preso político, un periodista perseguido por exponer los crímenes de guerra del país que quiere su extradición". La posible expulsión del editor de Wikileaks a Estados Unidos supone "un mensaje a todos los periodistas": "Si exponen los intereses que manejan el mundo, les perseguirán, les meterán en prisión o los matarán".

Stella ha recordado además que dentro de pocos días se cumplen cinco años desde que Julian ingresara, "sin condena", en la prisión de máxima seguridad de Belmarsh, donde permanece aislado y su estado de salud empeora por momentos. "Julian no tenía que haber estado ni un solo día en prisión, es una vergüenza para cualquier democracia", ha concluido.

La extradición de Assange a Estados Unidos recibió la luz verde del Gobierno británico en 2022 por la entonces ministra de Interior, Priti Patel, después de que el Tribunal Supremo británico observase como suficientes las garantías del país norteamericano por proteger al australiano, que podría llegar a quitarse la vida si fuera expulsado. Pese a todo, en el juicio Estados Unidos puso en duda el riesgo de suicidio y discutió que Assange sufriera problemas de salud mental.

Años encerrado sin condena

Julian Assange está cerca de cumplir cinco años en una prisión que defensores de los derechos humanos definen como la "Guantánamo británica", Belmarsh. Antes de ser detenido por la policía londinense, el ciberactivista permaneció asilado en la embajada de Ecuador en Londres durante siete años, a donde llegó después de estar otros dos años en arresto domiciliario por unas acusaciones de Suecia que fueron archivadas hasta en dos ocasiones.

El editor de Wikileaks está acusado por Estados Unidos de varios delitos al albur de una anacrónica Ley de Espionaje, que data del año 1917, tras haber divulgado centenares de miles de documentos clasificados estadounidenses gracias a los cuales se desvelaron, entre otras cosas, crímenes de guerra cometidos en Irak o Afganistán.