El alocado plan de un ingeniero alemán para secar el Mediterráneo y crear su "Atlántida"

El alocado plan de un ingeniero alemán para secar el Mediterráneo y crear su "Atlántida"

La propuesta de Herman Sörgel para llevar el colonialismo al siguiente nivel.

Vista del Mar Mediterráneo desde un satélite.GSO Images

El siglo XX fue testigo de audaces avances tecnológicos que desafiaron los límites de la imaginación humana. Desde el primer coche propulsado por un motor de combustión interna hasta los primeros vuelos propulsados y los épicos vuelos transatlánticos, la era estuvo marcada por un espíritu de innovación sin límites.

En este contexto de grandes gestas tecnológicas, surge la figura del arquitecto alemán Herman Sörgel, cuya visión megalómana deslumbró a muchos y desconcertó a otros. Su proyecto, bautizado como Atlantropa, buscaba transformar radicalmente la geografía europea y africana al secar el Mar Mediterráneo.

La propuesta de Sörgel, concebida en la convulsa posguerra de la Primera Guerra Mundial, proponía la construcción de una serie de presas gigantescas en el Estrecho de Gibraltar, entre Sicilia, Túnez e Italia, y en Estambul. Estas presas, según su plan, aislarían el Mediterráneo del océano Atlántico, lo que resultaría en un paulatino secado del mar. La idea era ganar territorio para la agricultura al reducir el nivel del agua entre 100 y 300 metros en diferentes áreas del Mediterráneo.

Además de los beneficios agrícolas, Sörgel argumentaba que la presa en el Estrecho de Gibraltar podría generar hasta 50,000 megavatios de electricidad, lo que ayudaría a resolver la crisis energética que afectaba a Europa en ese momento.

Pero el ambicioso proyecto no se detenía allí. La segunda fase de Atlantropa contemplaba la construcción de autopistas y vías ferroviarias desde África hasta Berlín, así como la creación de una gigantesca presa en el río Congo para crear un enorme lago en el corazón del continente. Esta nueva masa de agua, unida al lago Chad, alimentaría un nuevo río que atravesaría África y desembocaría en el Mediterráneo.

Sin embargo, detrás de la grandiosidad del proyecto se escondían consecuencias desastrosas. Ignorando el impacto medioambiental y climático, Sörgel propuso desviar los cauces naturales de ríos y anegar vastas extensiones de tierra, sin considerar las comunidades y ecosistemas que se verían afectados.

A pesar del apoyo inicial de algunos ingenieros y políticos alemanes, Atlantropa nunca llegó a concretarse. La falta de colaboración internacional, la oposición de países costeros del Mediterráneo y la llegada al poder del partido Nazi en Alemania acabaron sepultando el sueño de Sörgel.

Hoy en día, el proyecto de Atlantropa es recordado como una extravagante utopía, cuyas repercusiones devastadoras habrían alterado irreversiblemente el equilibrio natural de la región. Herman Sörgel, el visionario detrás de esta quimera, falleció en 1952, dejando tras de sí un legado de ideas descabelladas que nunca llegaron a materializarse.