La mala hierba que pisas sin saber y puede costar hasta 1.000 euros

La mala hierba que pisas sin saber y puede costar hasta 1.000 euros

Países como Alemania tiene que pagar 1.000 euros por ella, mientras que Polonia la considera una mala hierba.

La verdura más cara del mundo

Los brotes de lúpulo, también llamados espárragos del lúpulo se consideran las verduras más caras del mundo. Su popularidad es particularmente visible en Europa occidental, donde se los trata como un manjar. En los mercados de Alemania Occidental, Bélgica y los Países Bajos alcanzan precios de 1.000 euros por kilo. Mientras tanto, en Polonia, el lúpulo silvestre es una molestia para los jardineros. Lo combaten como una mala hierba cuando invade los lechos de cultivo sin ser invitados.

Dos tipos de brotes de lúpulo

Desde un punto de vista culinario, los brotes de lúpulo se dividen en dos tipos: blanco y verde.

Los brotes de lúpulo blancos, tienen un parecido similar a los espárragos blancos diminutos, son aquellos que aún no han crecido por encima del suelo. Su precio es el más elevado, pues los alemanes pagan por ellos hasta 1.000 euros por 1 kg. Debemos empezar a buscar brotes de lúpulo blanco cuando el invierno amaine.

Los brotes de lúpulo verde : en este caso, la cosecha es más fácil y los brotes verdes se pueden encontrar a principios de la primavera en marzo, abril e incluso es posible recolectarlos en mayo. Según los expertos, los mejores brotes verdes tienen hasta 6 hojas, y si se pueden desprender fácilmente del tallo es que aún están tiernos y jugosos. Los brotes de lúpulo verdes no alcanzan el mismo precio que los blancos, pero siguen siendo un manjar muy caro.

¿A qué saben y cómo consumirlo?

Existen variedad de opiniones. Para algunos, esta delicatesen sabe a hierba mala y otros tienen un sabor parecido a los espárragos. A pesar de que las opiniones sobre el sabor pueden variar, en lo que respecta a la preparación de los brotes de lúpulo, hay acuerdo unánime. La verdura más cara del mundo se consume mejor inmediatamente después de la cosecha. Debido a su delicadeza, pierden rápidamente su sabor y frescura. Lo mejor es prepararlos inmediatamente después de llevarlos a la cocina.

Pueden consumirse crudos, pero también, por ejemplo, pueden añadirse a una ensalada, previamente escaldados con agua hirviendo. Los franceses, a quienes les gustan especialmente los brotes blancos, los llaman "jets de houblon" y suelen servirlos en un plato cubiertos con salsa de crema y acompañados de huevos escalfados.