La mujer avanzada para su época que la historia olvidó y fue el amor imposible de Gaudí

La mujer avanzada para su época que la historia olvidó y fue el amor imposible de Gaudí

Fue la única mujer que recibió una propuesta formal de matrimonio por parte de Antonio Gaudí.

  Pepeta Moreu (1875-1938) con una nieta.

Los que conocieron a Gaudí no dudaban en asegurar que el artista nunca mostró un gran interés por las mujeres y hay quien asegura que solo se le conocieron tres relaciones amorosas, pero sin duda la mujer que marcó toda su vida fue Pepeta.

La figura de Pepeta Moreu, y con ella su influencia sobre Antoni Gaudí, ha permanecido en las sombras durante la mayor parte del tiempo, como tantas otras mujeres en la historia que han sido olvidadas. Recientemente ha sido redescubierta, aportando una nueva visión histórica no sólo de la vida del célebre arquitecto sino también de las mujeres de la época.

Pepeta Moreu, una mujer avanzada a su tiempo

Pepeta Moreu nació el 16 de junio de 1857 en Mataró, en el seno de una familia acomodada y liberal. Vivían en una espaciosa casa en Mataró que había sido levantada en 1864. Tenía dos hermanas (Magdalena y Agustina) y un hermano (Josep Maria), siendo ella la mayor de todos. Su madre se llamaba Antònia Fornells de Moreu y su padre Antonio Moreu, el cual, era el propietario de un velero llamado el Antonio con el que viajaba y se dedicaba a hacer negocios en Cuba y África. Este estilo de vida le llevó a implicarse en negocios de dudosa reputación y a cometer numerosas infidelidades, llegando a tener hijos con otras mujeres.

Pepeta era una mujer pelirroja, inteligente y de gran belleza, por lo que nunca le faltaron los pretendientes. En 1875, con los 18 años recién cumplidos, la joven Pepeta se casó con Joan Palau, un capitán carlista que después de recibir una dote de 15.000 Pesetas, compró una embarcación para dedicarse al transporte de mercancías con el norte de África.

El matrimonio tuvo un hijo que murió a los pocos meses y la relación resultó ser un desastre ya que Pepita estuvo constantemente sometida a malos tratos. Poco antes de ser abandonada se enteró que Joan Palau estaba casado con anterioridad en Argentina.

Sola y sin recursos en la ciudad de Oran tocó el piano en diferentes locales para poder sobrevivir. Durante este período aprendió a hablar francés, idioma del que después sería profesora en la Cooperativa Mataronense. Finalmente, Pepeta pudo regresar a Mataró gracias a unos marineros que se apiadaron de su situación y la llevaron de regreso a casa.

Fue Salvador Pagès, un industrial textil que había fundado la Cooperativa Obrera Mataronense y amigo de la familia Moreu a la vez que amigo y socio de Gaudí, quien, con el fin de ayudarla, contrató a Pepeta y a su hermana Agustina como profesoras en su Cooperativa.

Por entonces, cuando Gaudí conoció a la familia Moreu, Pepeta tenía 27 años, Magdalena 23, Agustina 21 y el hijo menor, Josep Maria, 12 años. Gaudí tenía 33 años cuando fue presentado a Pepeta, quien sería su gran amor.

Gaudí quedó cautivado por Pepeta, aunque estaban totalmente opuestos de carácter y pensamiento. Pues, era una mujer de costumbres liberales que había viajado mucho y que rompía con los esquemas básicos de las mujeres de su tiempo. No sólo era una pianista excepcional y hablaba diferentes idiomas, también le interesaba mucho la política, algo muy poco habitual en las mujeres de aquella época ya que, por lo general, se consideraba un tema reservado a los hombres. Pepeta leía prensa anticlerical y mantenía relación con personalidades republicanas, socialistas y anticlericales de Mataró.