Hallan el lado oscuro de las placas solares

Hallan el lado oscuro de las placas solares

Un estudio desvela un grave problema derivado de la fabricación y elaboración de estos paneles y explican el bajo coste de la energía solar.

Placas solaresGetty Images/iStockphoto

La tendencia actual -acrecentada tras la invasión de Ucrania- por impulsar las energías renovables que sustituyan a las tradicionales para conseguir una reducción considerable de emisiones nocivas para la atmósfera (hidrógeno verde, energía solar, energía eólica, hidroeléctrica...), y con ello tratar de revertir la crisis climática, es algo cada vez más extendido.

Los principales países del mundo continúan promoviendo todo tipo de políticas y medidas con el objetivo de concienciar a la población de que este cambio es obligatorio y beneficioso para todos (reciclar, promover los coches eléctricos, etc.), aunque no todos los estados están volcándose en este tema de igual manera.

En este asunto de las energías renovables aún queda mucho por avanzar, explicar y comprender pero ya se han dado algunos pasos que parecen no tener marcha atrás. En este sentido, una de las principales acciones que cada vez cuenta con mayores adeptos es la instalación de las placas solares, aunque guardan un secreto que parece no ser conocido por la mayoría de la población.

¿Qué esconden las placas solares?

Un reciente estudio italiano ha desvelado un problema derivado de la elaboración y fabricación de las placas solares que, por paradójico que suene, puede llegar a ser mucho más dañino para el medioambiente de lo que cualquier pudiera haber imaginado.

Para poner en contexto, en España, actualmente se generan unos 27.865 gigavatios hora gracias a las energías renovables, por los 6.423 producidos en 2010, es decir, se ha cuadruplicado la cifra en apenas 13 años, con el objetivo en el horizonte de llegar a generar un 74% de la electricidad nacional mediante estos métodos alternativos en 2030.

Esto podría pensarse que es muy positivo, y lo es, pero, ¿a qué precio? Según se cuenta en el mencionado estudio, el principal productor y consumidor de paneles solares es China, que cuenta con más de 400 empresas solares en su territorio. De hecho, según apunta el Daily Mail, el 80% de todos los paneles solares del mundo corren a cargo del gigante asiático.

Esto no debería suponer ninguna preocupación más allá de la oportunidad perdida por el resto de países por hacerse un hueco en este mercado emergente si no fuera porque los resultados de la investigación han puesto de manifiesto que fabricar estas placas solares es más contaminante aún que no fabricarlas.

Se estima que en el proceso de elaboración de las placas solares se liberan casi cinco veces más dióxido de carbono a la atmósfera de lo que se creía. Según comenta Mariutti, uno de los autores del estudio, para la construcción de las placas solares se necesita quemar carbón, algo que denuncia, no se está teniendo en cuenta a la hora de contabilizar la contaminación que generan los paneles.

De hecho, esta revelación explica el por qué países como EE.UU, Alemania o Japón, que hace unos años eran los líderes en el sector, dieron un paso atrás en la fabricación de los paneles, en beneficio de China, que cuenta con muchas menos restricciones de emisiones que el resto.

En el estudio se destaca también el hecho de que para lograr la composición de las placas es necesario extraer silicio, plata, telurio, cobre o litio entre otro minerales, algo fundamental para la obtención de las baterías, un proceso que también es altamente costos a nivel medioambiental.

Podría ser más perjudicial que la industria del aluminio

Otro de los hándicap que presentan los paneles es el efecto albedo, debido al oscuro color de los paneles, que benefician el efecto invernadero. Con estos datos se puede decir que, aunque el precio de la energía solar sea considerablemente más barato que obtenerla de forma tradicional, la realidad de su fabricación y elaboración es mucho más costosa para todos. 

Por este motivo, algunos grupos ecologistas ya se han manifestado en contra y han denunciado la construcción de macroplantas en España. Segú sostienen, si el crecimiento de los paneles solares a nivel mundial continúa aumentando exponencialmente, los desechos generados y el impacto negativo en el planeta sería superior al del sector del aluminio.