Los dueños de 'Cinco Sentidos' denuncian lo que pasó durante el rodaje de 'Pesadilla en la cocina': cuesta creerlo

Los dueños de 'Cinco Sentidos' denuncian lo que pasó durante el rodaje de 'Pesadilla en la cocina': cuesta creerlo

Se lo han contado a 'Cenando con Pablo'. 

La cocinera Lourdes con Chicote.PESADILLA EN LA COCINA

Cenando con Pablo ha estado Los cinco sentidos, uno de los restaurantes que han pasado por Pesadilla en la cocina, el programa de Alberto Chicote en laSexta. Este local ubicado en Coslada (Madrid) participó en la octava temporada y el episodio se ha estrenado en febrero de 2023.

Ahora, Pablo Cabezali ha estado allí comiendo y hablando con los dueños, que han contado con pelos y señales cómo fue y qué ha supuesto el paso de Chicote por su negocio. 

Después de probar gran parte de la carta, elaborado por el equipo del cocinero madrileño, Pablo ha charlado con Enrique y Lourdes, dueños del local. Ha sido ella la que ha contado que fue Pesadilla en la cocina quien contactó con ellos para intentar echarles una mano después de la pandemia. Al principio dijo que no pero después accedió: "Ellos necesitan un programa y yo una mano de pintura y no me lo puedo permitir". 

Ha dicho Lourdes que le sentó mal que su marido quedase como "un pusilánime" y como un mal profesional cuando lleva más de 40 años dedicándose a la hostelería: "Nos picaron constantemente". 

Lourdes ha explicado que el primer día se tomó un Lexatin para estar tranquila y desde el programa se lo afearon: "Hoy es la última grabación antes de la reforma si no hay chicha no hay reforma y yo dije 'fuera Lexatin, vamos a ser como somos'". 

Sobre el programa, Lourdes ha dicho que el programa le pareció bonito y que le ha dado bastante fama entre la gente tanto de dentro como fuera de la ciudad. Además, con las reposiciones cada cierto tiempo vuelven a tener un pico de popularidad. 

Lourdes ha desvelado que si en algún momento decidían dejar el programa tenían que pagar 24.000 euros, eso sí, antes contactaron con un abogado amigo de la familia para tocar algunas cosas. 

Han explicado que tres meses antes de grabar "te van llamando un día sí y otro no": "Conocen tu vida entera porque al final te conocen, saben tus pormenores [...] es un redactor, sabe cómo preguntarte y enseguida le cuentas toda tu vida, todo lo que hay, todos los problemas que tienes".  

Después de contarles cosas personales, desde el programa ya saben dónde y cómo pueden tocar la fibra de los participantes: "Ahí ya saben cómo meterse en tu vida y qué hacer, saben dónde picarte. Saben de dinero que nos han dejado familiares, que no es tanto como se dijo, pero que es algo que Quique lleva dentro y le duele muchísimo y que lo recalcaron de una manera que lo hicieron sentir... y no es así". 

También han revelado que detrás de cada camarero hay un redactor que les dice cómo actuar: "A mí en un momento me dijeron que lo sacara de la pechera y lo echase para fuera. Sal comiéndote un sándwich". 

"A Quique le dijeron que se fuera para hacer como que se marchaba", han contado los tres a la vez. Han hablado de que hay "mucha presión" y han contado un curioso episodio: durante la grabación colocaron un camión fuera "y ya no funciona la PDA, ya no funciona internet". 

"Te ponen un inhibidor de frecuencia y estoy convencida. La semana que estuvieron ellos aquí no funcionó internet, fue irse ellos y empezó a funcionar. Llamamos a la gente de nuestro programa y decían 'está todo bien'", han denunciado. 

"Era horroroso", ha dicho Lourdes, que se ha quejado que duplicaban y movían las comandas para que se liasen durante el servicio. "Yo en fin de semana podía dar de comer a 200 personas y aquí no había narices a sacar 30", ha denunciado. 

La carta

Sobre la carta han explicado que estaba muy rica pero que para un restaurante de barrio no pegaba demasiado. Ha señalado que no tenía tiempo de probar un menú nuevo cuando tiene una clientela ya fija que le ha costado ocho años ganarse. 

"Vosotros queréis un programa y yo una pintura del local. Chapó. Todos contentos. Y eso hicimos", ha contado Lourdes. 

Sobre si, como les dijo Chicote, tienen demasiados congelados, han defendido que tienen que guardar provisiones por si les viene una mesa de mucha gente poder sacar, por ejemplo, alitas para todos. 

Nueva grabación

Pero lo más curioso es lo que han relatado casi al final. Un mes después de la grabación, los llaman desde el programa porque se les ha roto un trozo de cinta y tienen que volver a grabar. El momento era precisamente cuando Chicote prueba la comida nada más llegar al local pero se da la mala pata de que ya no puede rodar ahí porque ya está hecha la reforma. 

¿Cómo lo arreglaron? Llevando a Chicote a comer a la terraza. Además, tuvo que probar los mismos platos que le hicieron con la mala leche de que no tenía gambas y tuvo que ir a por ellas, pagando 100 euros por un kilo de gamba de Huelva. 

De esas gambas dice Chicote que son de tercera porque los bigotes se rompen "pero luego curiosamente están muy bien hechas y muy bien cocida": "Dan ganas de decirle, te presento el ticket coño, 100 pavos que me he gastado". 

Lourdes sin embargo se negó a volver a grabar: "Yo me he prostituido una vez, no vuelvo a hacerlo nunca más". 

MOSTRAR BIOGRAFíA

Álvaro Palazón es redactor de virales, televisión y de deporte en 'ElHuffPost' y trabaja desde Madrid. Es Licenciado por la Universidad Miguel Hernández de Elche. Puedes contactar con él en alvaro.palazon@huffpost.es