Nos enseñaron que un libro puede ser el mejor compañero de aventuras. Que el amor fraternal es incondicional. Que se puede llorar por amor. Que la sororidad —solidaridad entre mujeres— no es un sentimiento nuevo. Incluso que no sirve de nada ponerse una pinza en la nariz para que deje de ser chata.
Pero la lectura de Mujercitas, el clásico juvenil escrito por Louisa May Alcott publicado un 30 de septiembre de 1868, encierra muchas más enseñanzas que podemos aplicarnos aún hoy. Y del libro hemos extraído algunas de esas frases que, pronunciadas por alguna de las cuatro hermanas March y su madre, son autenticas lecciones de vida.