España renueva ilusiones en su estreno en la Eurocopa con un poderoso triunfo ante Croacia al ritmo de Yamal y Fabián 

La de la cautela ya nos la sabemos. La Eurocopa es un torneo muy largo y no importa tanto cómo empieza... pero a nadie le amarga un dulce. Especialmente si llega en forma de goleada a una Croacia prácticamente sometida al juego de España. La selección ha solventado con nota su envenenado debut en la Euro 2024 con un 3-0 a los de Modric y compañía, en una exhibición de Lamine Yamal y Fabián Ruiz y un nuevo acto de autoafirmación de Morata que marcó y acabó tocado. 

Un inicio ilusionante, doblemente para un equipo que se sabe necesitado de volver a conectar con la sociedad tras años de desilusiones. Nada mejor, para hacerlo, que sumar triunfos como el de este sábado en el Estadio Olímpico de Berlín, que deja muy encarrilado el pase a octavos.

España llegaba a Alemania 2024 con un perfil algo secundario, lejos de los grandes focos que apuntan a Francia, Inglaterra y la propia anfitriona. Lejos también del ruido (y de casi todo, en su hotel), había dudas con las posibles sorpresas previstas por Luis de la Fuente para el debut. Asumida la aparición de Nacho por la baja de Laporte, la apuesta llegó al sacar de partida a Fabián, Yamal y Williams. 

La orden estaba clara: arrancar fuertes con una presión alta y una velocidad de salida que anularon durante 20 minutos a Croacia. El primer arreón español, a modo de presentación ante los ojos de toda Europa, bien pudo ser una muestra de que esta selección no va de tocar por tocar... aunque también sepa hacerlo. Superado este largo momento, las fuerzas se igualaron y Croacia empezó a dominar el balón, un control más estadístico que real en unos minutos sin verdadero argumento. Habida cuenta del perfil de jugadores en el césped berlinés ese juego iba a durar poco. Fue Fabián quien lo rompió al filo de la media hora.

Casualidades del destino. Morata, en modo capitán, defendía firmemente a Fabián en la previa del torneo, harto de las críticas que rodean constantemente al equipo. De la Fuente apostó por el andaluz y este tardó 28 minutos en agradecerlo, con un 'simple' pase en vertical a la carrera de su capitán para romper a la adelantada zaga rival. Morata aceptó el regalo, milimétricamente calculado. Sin florituras, como es el madrileño, apenas necesitó un toque raso para batir a Livakovic, hacer el 1-0 y seguir cimentando su carrera goleadora en la selección. 

Su tanto, y van 36 con 'La Roja', hizo espabilar a Croacia. Kovacic se plantó sin oposición en la frontera del área española, pero su disparo ajustado se topó con Unai Simón. Un susto que sirvió de aviso a España para no relajarse. La respuesta no pudo ser mejor. Pedri, de camino hacia su esperada mejor versión, condujo hasta Fabián, que en la frontal del área y haciendo gala de su habilidad, se llevó el balón de entre un mar de piernas croatas y supo cruzar el esférico para marcar el 2-0.

Como si de una repetición se tratara, al gol le volvió a seguir un arreón croata. Sólo Unai Simón, con una buena estirada, evitó el gol de Brozovic, con el añadido de cubrir bien la portería ante el rechace de Majer. Por dos veces, que serían tres poco después con una internada de Gvardiol, la zaga española dejaba ver sus costuras. Una excesiva facilidad de acceso, sobre todo en primera oleada, que podría suponer más problemas contra un equipo más contundente.

Pero, y esto habla muy bien del equipo de Luis de la Fuente, ningún susto alteró su ritmo. De hecho, cuando se daba por buenísimo el 2-0 llegó Lamine Yamal. Este esforzado alumno de 4º de la ESO y prodigio del balompié colgó un centro magistral al área, donde emergió la siempre oportuna cabeza de Carvajal para hacer el 3-0 instantes antes del descanso. El mismo goleador sorpresa que dio media Champions al Real Madrid dejó el marcador visto para la sentencia en su primer gol con España. 

El partido estaba roto y Croacia asumió que la segunda parte requería otra actitud más suicida. Con los mismos argumentos que antes, se sucedieron los cambios y las ocasiones en el área de Unai Simón, sin acierto por parte balcánica; sin suficiente rotundidad en la zaga española. 

La fuerza de España estaba delante. Una carrera de Pedri aprovechando los huecos abiertos bien pudo significar el 4-0 en un disparo de Yamal. Al extremo del Barcelona sólo le faltó un gol que Livakovic evitó con su estirada. Omnipresente a sus 16 años, la banda derecha fue toda suya, para desesperación de su par y asombro del mundo entero.

Con un marcador tan favorable y Croacia tirando ya más de corazón que de calidad —cumplida la hora de juego se fueron Modric y Kovacic— sólo un susto podía romper la calma. Lo dio Morata, que por dos veces se fue al suelo hasta acabar pidiendo el cambio con no buena cara. Por delante, cinco días para diagnosticar y descansar. Tras el partido él fue el primero en llamar a la tranquilidad.

Pero al partido le quedaba 25 largos minutos, especialmente largos cuando se está en tan clara ventaja. Fruto de la relajación, y volviendo a los peores demonios del último Mundial, un despiste defensivo y de Unai Simón en la salida de balón acabó en un penalti innecesario y una amarilla aún más innecesaria de Rodri. El gol llegó, a rechace y tras la parada de Unai en el penalti, pero el VAR acabó anulándolo por invasión croata del área antes de tiempo. 

La inesperada ilusión croata se desvaneció y con ella lo que quedaba al partido. Los últimos minutos completaron el carrusel de cambios, ya con la mente más en la cita del próximo jueves ante Italia que en lo que quedaba por jugar en Berlín.

Esto, lo sabemos, es muy largo, pero mucho mejor empezar ganando y dejando claro que esta España sabe manejar varios registros distintos. Llegarán retos mayores y habrá que ponerlos a prueba entonces.