La televisión no sabe vivir sin los gitanos

La televisión no sabe vivir sin los gitanos

Parece que reneguemos de nuestro fondo de armario folclórico-calé, pero sin ellos nos falta algo.

El HuffPost

El verano es duro en la tele. TVE ha estado recogiendo las últimas semanas los restos que ha dejado Telecinco: si hace unos días centraba su programa Lazos de sangre en Isabel Pantoja, que ha concursado en Supervivientes 2019, este miércoles ha hecho lo propio con la saga de Los Salazar, concretamente con Azúcar Moreno y Los Chunguitos.

Encarna y Toñi salieron de la última edición de Supervivientes por la puerta de atrás, como José y Juan en GH VIP en 2015. La 1 ha aprovechado para mostrarnos la España más cañí a remolque de la competencia. Y no tiene desperdicio.

Las hermanas de Azúcar Moreno parecían condenadas a desaparecer desde que Jorge Javier Vázquez les dijo en directo que “eran unas liantas” y que habían “inventado tretas” para intentar abandonar el reality sin pagar la indemnización: “Ya no sois personas gratas en Mediaset”. Pues nadie lo diría.

Desde ese momento, parece que están de tournée por la tele. Supervivientes las eliminó de la cabecera, como si nunca hubieran pasado por la isla, pero se la coló de la forma más hipócrita a la audiencia por otro lado: rellenando espacios de otros programas con ellas, para seguir rascando audiencia.

Los Chunguitos (sus hermanos) también montaron el show cuando pasaron por GH VIP en 2015. En este caso, ellos no se fueron, los echaron. Los cantantes hicieron un comentario homófobo —“a nadie en este planeta le gustaría tener un hijo maricón. Un hijo deforme o con una enfermedad antes que sea maricón”— y el concurso decidió expulsarlos. Ocurrió en la misma edición en la que Kiko Rivera dejó perlitas machistas, generalmente cuando hablaba con Olvido Hormigos. Lo ideal habría sido que los tres salieran de la mano, claro, pero Kiko abandonó voluntariamente más tarde y por otros motivos (y volvió a entrar en GH DÚO cuatro años después).

Los tropiezos de Los Salazar no han sido culpa de su inexperiencia en televisión. Han estado en Splash! Famosos al agua, Tu Cara Me Suena, Los Gipsy Kings, Mi casa es la tuya, Sálvame Deluxe... Y ahora, ‘vetados’ en Mediaset, han creado sus propios Lazos de sangre con TVE.

Aunque no han llegado hasta ahí de la nada. Siendo unos niños, cuentan, pasaron hambre en Badajoz y se mudaron a una chabola en Madrid. Eran nueve hermanos que aprendieron a leer en la calle. Es más, Toñi era, en los años ochenta, una gitana de 20 años soltera que se quedó embarazada, con todo lo que eso conllevaba.

Azúcar Moreno, que hacía en un principio los coros a Los Chunguitos, nació profesionalmente en 1990, en Eurovisión, pese a que fueron las protagonistas de la actuación más caótica del festival. Fue una serie de catastróficas desdichas: se les rompieron las cremalleras de los trajes, les tocó salir a escena a cantar Bandido y se quedaron sin sonido. Se retiraron y volvieron a salir. Y aún así, fueron las quintas clasificadas.

La música de Azúcar Moreno y Los Chunguitos —que eran tres con Enrique, el hermano que murió con 25 años— ha formado parte del cine, de las series de televisión y, sí, de la Movida Madrileña. Hasta para eso han sido especiales (¿Los Chunguitos en la Movida Madrileña?). Sin olvidar que Rosalía hizo que España se acordará de nuevo de ellos al cantar Me quedo contigo en la gala de los Goya. Antes de que Paquirrín apareciera en Torrente 4, Los Chunguitos ya lo habían hecho en Ekipo Ja, con Juan Antonio Muñoz (Cruz y Raya). ¿Y ahora quieren dejar fuera de la tele a Los Salazar?

Visto lo visto, parece que reneguemos de nuestro fondo de armario folclórico-calé. Pero vamos a una verbena y si no suena Camela, Azúcar Moreno, Los Chunguitos, Rosario Flores o la Pantoja nos falta algo. El secreto de su éxito, decían en Lazos de sangre, es que [Encarna y Toñi] “son muy gitanas para expresarse”.

Y por eso también nos gusta verlos en la tele; y por eso están de tournée siempre por la parrilla. Ellos, Pantoja, Rosario Flores, Lolita. Y, cuando no lo están, nos ponen vídeos de Lola Flores ‘la faraona’, o se crean series como Arde Madrid (que tiene un poco de todo esto). En España somos muy gitanos, y eso se ve en nuestra tele.