Las ventajas de tener un ciclomotor en la ciudad
La movilidad en las ciudades está cambiando. El cambio climático, el calentamiento global, la contaminación atmosférica… son todas caras de la misma moneda, y en gran medida todos estos fenómenos aparecen por el impacto del ser humano. De hecho, a la era actual muchos científicos han optado por denominarla antropoceno, por el impacto que genera el ser humano sobre la Tierra.
El tráfico es uno de los principales motivos que alimenta este impacto que genera el ser humano sobre el planeta Tierra y, los trabajadores, además de contribuir a este problema, sufren sus consecuencias: retenciones, estrés, falta de aparcamiento…
Desde las administraciones públicas llevan años intentando voltear esta situación y darle más relevancia al transporte público o a las formas de movilidad más sostenibles como desplazarse a pie, utilizar la bicicleta, los vehículos eléctricos tipo patinete o segway y otras alternativas como el coche compartido.
Una forma de evitar algunos de estos problemas, como los atascos o la falta de aparcamiento (aunque no las prohibiciones de acceso cuando los niveles de contaminación son muy elevados), es un ciclomotor.
Los ciclomotores son ligeros, ágiles, fáciles de aparcar, tienen poco impacto ambiental y su consumo es aún más reducido que el de una motocicleta debido a su potencia limitada. Ya sean nuevos o usados, hay ciclomotores a precios realmente económicos y que igualan el radio de acción de un coche, siendo obviamente más elevado que el de una bicicleta.
Utilizar un ciclomotor no solo permitirá ahorrar en combustible, sino en otro tipo de gastos pasivos. Por ejemplo, asegurar tu ciclomotor te resultará más económico que asegurar un coche o una motocicleta de mayor potencia.
A diferencia del coche, circular con un ciclomotor es mucho más que un mero modo de transporte. Cada trayecto es un momento de disfrute, de libertad individual, de sentir el placer del equilibrio dinámico.
El crecimiento en el número de matriculaciones de motocicletas
En Europa el total de motocicletas matriculadas creció en 2018 en casi un 10%, con más de un millón de unidades vendidas. España se sitúa como el tercer mercado europeo en número de matriculaciones, tras Alemania e Italia.
Los datos fueron publicados por la Asociación Nacional de Empresas del Sector de las Dos Ruedas (Anesdor), una asociación que representa a más del 96% del mercado español sobre las dos ruedas.
Según los datos de esta misma asociación, si se lograse sustituir el 10% del parque automovilístico de vehículos por vehículos de dos ruedas, el usuario habría ahorrado un 40% de su tiempo en atascos. Los cálculos de esta asociación hablan de una posibilidad de ahorro de hasta 168 millones de horas de congestiones de tráfico.
Las ventajas de utilizar ciclomotores o motocicletas en la ciudad
Los aspectos positivos de utilizar vehículos motorizados de dos ruedas en las ciudades están claros. El primero de ellos es la agilidad y el menor tiempo en los desplazamientos, algo que se demanda mucho en las ciudades. Además de esto, la facilidad de encontrar aparcamiento, el transporte de puerta a puerta y, por supuesto la menor contaminación son razones más que de sobra para interesarse por estos vehículos.
Las compañías fabricantes de motocicletas y ciclomotores, conscientes del interés creciente de los ciudadanos, diseñan cada vez vehículos más seguros, de modo que algunos inconvenientes, como las inclemencias del tiempo o la mayor exposición a los riesgos del tráfico se ven también cubiertos.
En cualquier caso, no podemos negar que utilizar una motocicleta en la ciudad supone tener mayores posibilidades de sufrir un robo, pues se trata de un vehículo más sensible a robos. Para evitar esto, existen en el mercado sistemas antirrobo de todo tipo.
Los ciclomotores y motocicletas urbanas son, quizás, la mejor solución para desplazamientos por la ciudad. Aunque ofrezcan menor capacidad de transporte, sean menos seguras y obliguen a vestir siempre con ropa de abrigo o ropa protectora, las ventajas de utilizar estos vehículos son más que positivas: menor contaminación emitida a la atmósfera, desplazamientos más ágiles y rápidos, menores dificultades para encontrar aparcamiento, menor gasto diario y un aprovechamiento más óptimo del tiempo. También existen razones más bucólicas o espirituales, como la mayor sensación de libertad y disfrute al conducir estos vehículos.
