Monogamia vs Poliamor

Monogamia vs Poliamor

¿Qué relación escoger si quiero un final feliz?

Ana Maria Serrano via Getty Images

En los últimos tiempos, son cada vez más las parejas que optan por abrir la relación o sumarse al movimiento del poliamor. Alegan que es una forma de mostrar confianza con la pareja, y que se da en relaciones consolidadas donde prima el amor.

Tanto está influyendo esta moda de libertad sexual en nuestra sociedad que, recientemente, al finalizar el taller de Tantra y Sexualidad Consciente, una de las asistentes de unos cuarenta y tantos me confesaba: “Eva, ahora me siento tranquila de poder decir abiertamente que soy monógama, porque tal y como están las cosas hoy en día, me he llegado a sentir avergonzada de expresar lo que soy”.

Esta situación podría ser anecdótica si no fuese porque esto mismo me lo han transmitido en diferentes sesiones de coaching, conferencias y talleres: mujeres y hombres que se sienten “raros” por seguir creyendo en la monogamia.

¿Por qué lo llaman poliamor cuando quieren decir polisexo?

Lo cierto es que tras años de experiencia acompañando con terapia a muchas parejas con el Método MAC, y tras el estudio exhaustivo de los diferentes modelos de relación en nuestra sociedad, tengo la absoluta certeza de que, tras el poliamor y las relaciones abiertas, en la inmensa mayoría de los casos no existe amor y, menos aún, consciente.

Tal y como explico en mi ebook gratuito, 6 SENTIDOS, el juego sexual de la pareja consciente, este tipo de relaciones no está basada en consolidar la pareja sino en sostener la disfuncionalidad en el tiempo.

Clara me explicó en terapia que ella y su pareja practicaban el poliamor porque así no se engañaban. En un inicio no era consciente de que este era un autoengaño ya que, si la pareja es consciente, no hay cabida para la infidelidad. No se trata de abrir la relación sino de tener unos valores sólidos de respeto y honestidad.

Monogamia consciente: la libertad de escogerse mutuamente todos los días

Rebeca y Alberto, una pareja monógama que rondaba los 50 años, habían abierto su relación. Tras la terapia descubrieron que no eran liberales, y el motivo que los llevaba a tomar la decisión de tener relaciones sexuales fuera de la pareja no era otro que mantenerse en su zona de confort (hipoteca pagada, hijos, rutina conocida) a pesar de que su relación estaba rota por completo.

Cristina, una joven de 28 años, me decía que era poliamorosa, e incluso reaccionaba ofendida tras algunas de mis preguntas totalmente intencionadas. Ella se estaba dejando llevar por la moda, cubriendo la necesidad de pertenencia a un colectivo, aunque esto la alejaba de su autoestima. Descubrió con el método que lo que había detrás de esa conducta era puro conformismo por no sentirse merecedora de un hombre que la escogiese.

Muchas personas, y me atrevo a decir que la inmensa mayoría, buscan otro tipo de vínculo más allá de la monogamia, de la relación entre dos personas, escogiendo el poliamor o las relaciones abiertas por motivos que nada tienen que ver con sus valores: miedo a sufrir, al compromiso, a la infidelidad, a no ser escogido, a no estar a la moda, a sentirse atado, a resolver la situación en casa... ¡tantos miedos!

Cuando hay incoherencia entre tus valores y tus acciones es imposible que seas feliz

La monogamia no es una imposición de la sociedad, ni es antinatural ni va en contra del instinto humano. Es la relación que más garantías ofrece de perdurar en el tiempo de forma saludable entre dos personas que se aman. Eso sí, siempre y cuando, la vivan de forma consciente.

Muy pronto te compartiré un artículo con los secretos de la monogamia consciente, mi propuesta de relación de pareja para el mundo. ¡Porque el amor consciente es el inicio de un final feliz!