Quién es Rigoberta Bandini, la artista revelación de moda

Quién es Rigoberta Bandini, la artista revelación de moda

La cantante pasó de poner la voz como 'chica Disney' a cantar "quiero ser una perra".

Rigoberta Bandini durante su actuación en el Madrid Brillante en 2020.Mariano Regidor via Getty Images

Seguramente en los últimos meses hayas leído o escuchado en más de una ocasión In Spain we call it soledadPerra o directamente el nombre de Rigoberta Bandini. Detrás de este éxito, que ha servido como banda sonora de las pistas de baile improvisadas en esta normalidad pandémica, se esconde Paula Ribó, una barcelonesa de 31 años que ha triunfado con su salto a la música en solitario. Y solo tiene siete canciones publicadas.

Sin embargo, Bandini ya lleva muchos años dentro del mundo artístico solo que ni utilizaba ese nombre ni la conocíamos bajo la influencia de la música electrónica. Ribó era la voz de Chihiro en El viaje de Chihiro y la hermana de Caillou en la serie de dibujos animados. Algo que alucinó Broncano este miércoles en La Resistencia (Movistar +).

También fue chica Disney, puso su voz a Anna en la versión en catalán de Frozen y a la princesa Mérida en Brave. Más allá del mundo de la animación, también ha puesto la voz en castellano a Dakota Johnson y a Elle Fanning.

En un momento, esa voz que había servido tanto para teatro como para darles voz a otros personajes decidió dejar de ser la de Paula Ribó para ser Rigoberta Bandini. Esto fue en 2019, tal y como cuenta en una entrevista a El Cultural, poco antes de que empezara la pandemia del coronavirus.

“Me encontré con un grupo de canciones que necesitaba que la gente las escuchara porque ya no quería que estuvieran en mi cuarto. Dije: ‘Voy a hacer un single’. Y salió justo una semana antes de que nos confinaran. Era Too Many Drugs y empezó a funcionar bien”, dijo entonces.

El nombre de Rigoberta Bandini, tal y como cuenta en varias entrevistas, no es nada planeado sino que salió de forma espontánea a la hora de crearse un perfil en redes sociales —donde ya compartía sus poemas y sus obras de teatro— para ir promocionando los singles que iba publicando.

Desde entonces los éxitos se han ido sucediendo uno detrás de otro. Su tema In Spain we call it soledad, donde se atreve a mezclar tópicos, acumula más de 911.400 reproducciones en YouTube y supera los 3.000.000 de escuchas en Spotify.

Otra de sus canciones más reconocidas es Perra, considerado un himno feminista. Aunque, tal y como cuenta en Shangay, Perra no fue concebida en sí como una reivindicación, más bien como una provocación. “Me gusta jugar con esa provocación, porque yo no hablo de ser perra en ese sentido que predomina en el imaginario colectivo. Lo que hago es reivindicar la vida del perro, que tienen una vida de puta madre, y a mí a veces me apetecería ser perra para vivir así de tranquila”, señala.

La moda también forma un papel fundamental de su puesta en escena, vestida de colegiala, casi siempre con visera o gorra con un cintillo propio con su “marca”.

Lejos de lo que se podría pensar de la música electrónica, Cios está muy presente en la música de Bandini. “Quiero que Cristo baje a enseñarme a rezar, que me acompañe en este viaje semi astral. Pillarnos juntos un billete a las Bahamas”, reza en su canción Que Cristo baje.

Así lo hizo saber en una publicación de Instagram que sorprendió a muchos de sus seguidores. “Mi relación con Dios empezó gracias a la palabra humanidad. Cada vez que me codeaba con el veriginoso sendero de lo humano, me invadía un sentimiento mucho más grande de lo normal. Lo definiría como una especie de grito de Munch constante, un dolor agridulce: el de nacer, el de caer, el de amar, el de asumir cada día la salida del sol. Un día me di cuenta de que, cada vez que creaba una canción, una obra o un poema, conectaba con ese sentimiento”, explicó en un post.

Pero este misticismo se mezcla con la influencia de las drogas por las cuales Bandini cuenta que ha “conectado con algo muy arriba”.

“Realmente  tengo el corazón dividido, porque me he drogado mucho en mi vida y he conectado con cosas muy arriba gracias a la droga. Pero también he visto una normalización de la droga en mi entorno que no me mola. Al final, es toxicidad para nuestro cuerpo y eso también nos genera barreras”, señaló a El Cultural.

Bandini es madre, creyente y, para muchos, la voz de su infancia. Pero lo que queda claro es que le queda mucho por cantar. Como ella dice, “si fuera perra

también compondría mis temas porque nadie me puede prohibir ladrar”.

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Marina Prats es periodista de Life en El HuffPost, en Madrid. Escribe sobre cultura, música, cine, series, televisión y estilo de vida. También aborda temas sociales relacionados con el colectivo LGTBI y el feminismo. Antes de El HuffPost formó parte de UPHO Festival, un festival urbano de fotografía en el marco del proyecto europeo Urban Layers. Graduada en Periodismo en la Universidad de Málaga, en 2017 estudió el Máster en Periodismo Cultural de la Universidad CEU San Pablo y en 2018 fue Coordinadora de Proyecto en la Bienal de Arte Contemporáneo de Fundación ONCE. También ha colaborado en diversas webs musicales y culturales. Puedes contactarla en marina.prats@huffpost.es