Este sábado multitud de líderes de diferentes partes del mundo se han congregado, entre las cientos de miles de personas que se han personado, en la plaza de San Pedro del Vaticano para dar un último adiós al papa Francisco I, que falleció este lunes a causa de un ictus cerebral. 

Mientras que la delegación española la han encabezado los reyes Felipe y Letizia, desde Inglaterra hacía lo propio el príncipe de Gales, Guillermo. El protocolo de la casa real británica señala que sus monarcas no asiste a funerales. Por eso, al igual que hizo el actual Carlos III en el entierro del papa Juan Pablo II en 2005, ha sido el hijo de Diana Spencer el que ha acudido al funeral de Francisco en representación de su país. 

Lo ha hecho ataviado con un traje de color azul, como Donald Trump, que destacaba entre todos los de negro que han lucido el resto de jefes de estado, presidentes, primeros ministros y demás representantes internacionales. En cualquier caso, no se ha saltado el código de vestimenta para la ocasión. 

Así lo recoge Vanitatis. Ha precisado que, para la ocasión, lo que se recoge es que los hombres acudan vestidos con un traje oscuro y una corbata de un tono similar. Y, aunque es preferible que vayan de negro, no es lo obligatorio. 

Durante la misa funeral, el príncipe de Gales, que no ha viajado en compañía de Kate Middleton, ha tomado asiento junto al canciller alemán Olaf Scholz. En la fila de delante a la suya se han situado los reyes de Jordania, Abdlá y Rania

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