Cerca de 50.000 fieles han asistido a una homilía atípica, encabezada por el papa Francisco y en la que ha destacado que la Iglesia debe "seguir sus huellas".
El ministro de la Presidencia ha reiterado desde Roma las condolencias del Ejecutivo central y ha defendido que seguirán trabajando "con la Iglesia católica".
El acta que recuerda la vida y la obra del papa emérito "luchó firmemente contra los crímenes cometidos por los representantes del clero contra menores o personas vulnerables".
La Santa Sede considera que violará los acuerdos del Concordato, por ejemplo, al no permitir que las escuelas privadas católicas organicen actos contrarios a la nueva legislación.