El cerebro tiene un funcionamiento fisiológico característico, pero es la conciencia del ser humano, con toda su complejidad, la que lo regula. ¿Nos controla? Desde luego que no. Conclusiones como ésa son poco acertadas y hasta ridículas, aunque estemos viviendo un auge de las neurociencias.
Lloré. Veía a mi padre postrado, rígido como en una instantánea, y la nariz se me aflojaba, y sentía cómo los canales se me abrían y me brotaban las lágrimas. Todo se desencadenaba con una imagen fugaz a la que se unía el pensamiento de "ya nunca más".