rupturas

Sin obsesión

Sin obsesión

Cuando nos obsesionamos con algo nos parece imposible dejar de darle vueltas al mismo asunto. No vemos nada más, el mundo se vuelve pequeño y estrecho, a la vez que nuestra mente gira en círculos absurdos alrededor de un tema, idea o persona. A veces la obsesión se convierte en una barrera psicológica que impide modificar los aspectos de nuestra vida que necesitan ser reparados.
Los ciclos de la vida

Los ciclos de la vida

Cada momento de la vida nos ofrece algo diferente y, si no atravesamos los ciclos vitales cuando corresponde, podemos desarrollar un sentimiento de no pertenencia. Detrás de la incapacidad de vivir las etapas que nos tocan, se esconde falta de madurez y la imposibilidad de disfrutar de la vida.
¿Por qué te has ido?

¿Por qué te has ido?

Una ruptura amorosa abre ante nosotros una sima llena de incertidumbre y de desequilibrio. En ese instante comenzamos a encontramos solos y desvalidos, y el miedo, mezclado con otras emociones, se apodera de nosotros. Es en ese momento cuando entramos en una zona rota, un aro en apariencia terrible, pero que encierra la oportunidad de oro para conocernos y salir impulsados hacia una nueva zona de evolución.
Redes, rupturas y vacíos

Redes, rupturas y vacíos

Cuando llenamos el vacío con caprichos momentáneos o adicciones de las más múltiples formas podemos obtener un alivio momentáneo, pero enseguida volvemos a estar sedientos de afecto y calor. Cuando no hacemos caso a la auténtica causa de nuestro vacío emocional cualquier cosa nos sirve como red con tal de no caernos.
La mudanza emocional

La mudanza emocional

Cuando se rompe una relación entramos en una espiral de desbordamiento de emociones que afectan a nuestra vida diaria. La idea de mudarte te confronta con la realidad de forma directa: tu relación se ha roto, lo que te puede producir cierta sensación de caos y un sentimiento de pérdida de rumbo en la vida.
¿Cómo se puede reparar un corazón destrozado?

¿Cómo se puede reparar un corazón destrozado?

Deberíamos conocer cómo piensa el corazón y aprender a hacerlo también con él. Ser capaces de seleccionar las emociones que nos son beneficiosas, que nos mantienen equilibrados, y desechar las que nos hacen daño; pensar desde el corazón, desde la raíz misma de la emoción en aquello que nos da seguridad y hace felices.
Soledades migrantes

Soledades migrantes

Dicen que cuando regresó a casa, Juan se pasó dos meses recorriendo barrancos y dunas, sin afeitarse, ni ducharse, ni cortarse el pelo. Y que vio todo a su alrededor con una capa de polvo tan espesa, que pensó que estaba muerto. Y entonces se dio cuenta de que llevaría su tiempo recomponer las cosas