El Consejo de Seguridad Nacional ve riesgo "real y directo" de terrorismo por las guerras en Gaza y Ucrania
La principal amenaza terrorista para España sigue siendo el yihadismo, sobre todo por la mayor probabilidad de que existan "actores individuales".
Las guerras en Ucrania y Gaza suponen un incremento de la amenaza terrorista. Así se desprende de la nueva Estrategia Nacional contra el Terrorismo (ENCOT) que esta mañana ha aprobado el Consejo de Seguridad Nacional (CSN). El principal órgano del Gobierno en materia de seguridad nacional señala que la situación en Ucrania, que “ha supuesto un incremento en la circulación de armas y explosivos” y “la participación [...] de combatientes voluntarios de otras nacionalidades”, puede ser “aprovechada por el terrorismo global, por organizaciones terroristas, grupos afines o individuos simpatizantes para socavar la seguridad pública, y en el que también actores estatales podrían llevar a cabo acciones terroristas”.
Del mismo modo, el CSN advierte de que, “la guerra entre Israel y Hamás, más allá del plano de seguridad, está teniendo consecuencias sociales, políticas, económicas y migratorias cuyo alcance es difícil de prever”. Ante esta incertidumbre, la nueva Estrategia alerta de “un riesgo real y directo” de incremento de la “amenaza terrorista, el extremismo violento y el surgimiento de nuevos movimientos que promuevan una ideología radical y violenta”.
Pese a las nuevas advertencias, la ENCOT no varía respecto a la principal amenaza terrorista: el yihadismo, que sigue aumentando por la “mayor probabilidad de participación de actores individuales”. Durante el periodo en el que estuvo en vigor la anterior Estrategia contra el Terrorismo, entre 2019 y 2023, se produjeron “más de 110 operaciones”, estando más del 90% “relacionadas con el terrorismo de etiología yihadista y algo más de un 5% con el terrorismo autóctono”. La posición geográfica de España, con África al sur, hacen que, según el CSN, “la lucha contra el terrorismo en el Magreb” continúe siendo “una prioridad”.
Para el CSN, por tanto, el terrorismo sigue siendo “predominantemente de orientación yihadista”, del que avisan que “emplean cada vez más recursos de tecnología avanzada, incluidos drones, criptografía y redes sociales, [...] disponen de una estructura más descentralizada y difusa, lo que dificulta su identificación y desmantelamiento, adoptan un enfoque cada vez más centrado en objetivos blandos (aquellos en los que hay concentraciones que pueden causar un elevado número de víctimas, como lugares de culto o celebraciones multitudinarias), y apoyan la actuación de actores solitarios sin vínculos con organizaciones y con afectación por algún trastorno mental”.
Según la nueva ENCOT, la actualización de la lucha antiterrorista es necesaria debido a la evolución del terrorismo “hacia estructuras más descentralizadas y fragmentadas”. A este respecto, destacan el riesgo de lo que conocen como Combatientes Terroristas Extranjeros (CTE) “ante el posible retorno a sus países de origen o residencia”. Al Consejo de Seguridad Nacional le preocupa, asimismo, la radicalización en las prisiones y la propaganda terrorista y extremista, “en constante evolución” y “con el objetivo de acceder a un público más amplio, joven y vulnerable”. Las redes sociales, señala el informe, son “medios cada vez más efectivos” para reclutar y radicalizar a nuevos miembros.
Otra de las nuevas preocupaciones se debe a “los radicalismos extremistas violentos negacionistas y antisistema” que “rechazan la evidencia científica, histórica o política y generan desconfianza hacia las instituciones”. Este tipo de extremismo, apunta el CSN, puede buscar “imponer su visión del mundo a través de medios ilegítimos y antidemocráticos, representando una amenaza para la seguridad y el bienestar de la sociedad”.
Por último, respecto al terrorismo autóctono, en referencia a ETA, recalcan “su derrota por el Estado democrático y de derecho” y aclaran que ya “no representa una amenaza relevante en la actualidad”.
