Los países con los que España no tiene relaciones diplomáticas

Los países con los que España no tiene relaciones diplomáticas

La crisis entre nuestro país y Argentina a raíz de las declaraciones de Milei tensa las relaciones y hace preguntarse por una hipotética ruptura entre grandes aliados. 

La bandera de España ondea en su embajada en Berlín (Alemania), en una imagen de archivo.Gregor Fischer / picture alliance via Getty Images

España no descarta romper relaciones diplomáticas con Argentina. "Cuando tenemos que actuar, actuamos", afirma el ministro de Exteriores, José Manuel Albares. Es una decisión muy contundente, más aún entre países con gruesos lazos como los dos que nos ocupan, por eso antes de nada se están moviendo en los pasillos y en los despachos para que no llegue la sangre al río. 

Por ahora, sin embargo, no llega la disculpa reclamada por Madrid al presidente argentino, Javier Milei, después de que acusase de corrupción a la mujer de su homólogo español, Pedro Sánchez, y cargase contra el socialismo como ideología. Nadie sabe cuánta tensión aguantará la cuerda, quién cederá o a qué paz se llegará. 

Esta crisis lleva a preguntarse con qué países no tiene relación el nuestro, con qué estados no hay relaciones diplomáticas activas. La respuesta es que son apenas un puñado de territorios, porque la diplomacia española goza de buena salud, los contactos y representaciones se multiplican a lo largo del globo (a fecha 2020, había 215 embajadas), e, incluso, como detalle, el pasaporte español repite cada año como el más poderoso, porque proporciona acceso sin visado a 193 países. Por eso, es considerado como uno de los más deseados debido a su alta puntuación en movilidad. Puertas abiertas porque detrás hay un ingente trabajo de funcionarios en embajadas y consulados que las mantienen así.

Según una lista confeccionada por El HuffPost y revisada por miembros de la Escuela Diplomática, hay siete territorios con los que nuestro país no tiene conexiones diplomáticas, ni embajadas, ni delegados ni contactos. Se trataría de Artsaj, Transnistria, Abjasia, Osetia del Sur, Chipre del Norte, Somalilandia y Kosovo. Se trata de casos de no reconocimiento de su independencia, no de ruptura de relaciones, lo que haría más insólito aún el caso argentino si es que llega a darse, una idea que debería ser remota. 

En el caso de Artsaj, hablamos de lo que anteriormente se conocía como Nagorno-Karabaj, una zona del Cáucaso poblada sobre todo por armenios, que proclamó su independencia de Azerbaiyán en 1991. España no lo reconoce, como tampoco ningún otro país de la ONU, porque entiende que es un pedazo de Azerbaiyán. El pasado septiembre anunció que dejaba de existir. 

Transnistria, por su parte, es una región del este de Moldavia, fronteriza con Ucrania, poblada por gentes de origen ruso. De nuevo, no la reconoce España ni ningún otro país de la ONU. La República Moldava Pridnestroviana, como se la conoce también, se ha convertido en uno de los últimos anhelos expansionistas del presidente ruso, Vladimir Putin, por su posición a las puertas de la Unión Europea. Goloso porque en la zona se encuentra un arsenal con cerca de 20.000 toneladas de armas y municiones de la Guerra Fría.

Abjasia es un territorio de Georgia, también en el Cáucaso, que declaró su independencia del citado país de forma unilateral en 1992. España no entiende que sea un estado, sino una región, aunque en este caso es reconocida por cinco países de la ONU: Rusia, Nicaragua, Venezuela, Nauru y Siria. Un bloque de mandatarios totalitarios unidos con una misma visión.

Lo mismo le pasa a Osetia del Sur, territorio georgiano, que junto a Abjasia fue ocupado por Rusia en 2018. Son, pues, dos zonas rebeldes prorrusas que suponen el 20% aproximadamente del país, al dictado de Moscú. Desde el Kremlin, cada poco, se recuerdan las supuestas simpatías de su población y el "deseo" de formar parte de la Federación. 

Son palabras que traen ecos de otras provincias ucranianas, como las de Donetsk y Lugansk, en el este del país, que se proclamaron repúblicas populares en 2014, con el apoyo de Moscú cuando Putin se anexionó Crimea, y que en septiembre de 2022 Rusia asumió como regiones propias, junto a Zaporiyia y Jersón, pese a que no domina militarmente el total de los cuatro territorios. España, antes de su integración forzada en la Federación, nunca tuvo relaciones con esas dos regiones ucranianas, reconociendo su plena pertenencia a Kiev. 

Chipre del Norte o la República Turca del Norte de Chipre no existe para nuestro país. Es, sin más, territorio soberano de Chipre. Se trata de una pequeña esquina en el norte de la isla mediterránea, con población mayormente de origen turco, que declaró su independencia de Nicosia en 1983. Sólo les reconoce Turquía y es uno de los extraños casos de disputa territorial que aún quedan en el seno de la UE. 

Somalilandia es el único territorio no europeo de la lista. Se trata, como en los casos anteriores, de una región, en este caso del norte de Somalia, en el cuerno de África. Se declaró estado independiente en 1991. España entiende que es parte de Somalia. Es un caso llamativo: Somalilandia fue un protectorado británico hasta su independencia el 26 de junio de 1960, pero esa autonomía poco le duró, ya que cinco días después se fusionó con la Somalia italiana, también recién independizada, como recoge la BBC. Desde entonces, reivindica ser país aparte. 

Pese a que no está internacionalmente avalada, "tiene un sistema político propio, un Parlamento, su fuerza policial, una bandera, una moneda y emite sus propios pasaportes", hasta el punto de tener más crecimiento y estabilidad que la propia Somalia. 

Y llegamos a Kosovo, el caso más espinosos de todos. Se trata de una región de Serbia a la que fueron emigrando albaneses, hasta lograr ser la mayor parte de la población. En 2008 declaró su independencia del citado país. Desde entonces, ha logrado un reconocimiento internacional amplio: lo reconocen 113 países miembros de la ONU además de Taiwan. España no está entre ellos. El presidente Sánchez ha explicado repetidamente, como sus antecesores en el cargo, que entiende que su declaración de independencia fue unilateral y viola el derecho internacional. Lo sigue considerando parte integrante de Serbia. Aún así, desde enero, el Gobierno de España acepta como válidos los pasaportes de Kosovo.

En la comunidad internacional hay división de opiniones. Hasta 12 Estados miembros de la ONU le han retirado el reconocimiento tras habérselo otorgado pero hay otros, poderosos y amigos de España, que lo avalan, de Estados Unidos a Reino Unido, pasando por Francia o Alemania; en toda la UE, sólo hay cinco estados que lo rechazan: aparte de España, están Eslovaquia, Grecia, Rumanía y Chipre. 

En el caso de nuestro país, se suele decir que reconocer esta independencia sería darle alas al independentismo catalán y sus ansias de separación, pero los casos son realmente distintos