Perplejidad con el hallazgo de un monstruo de río caníbal de 1,80 en una playa: "Es muy raro ver uno junto al mar"
Un guía ha realizado el descubrimiento: "Este pez tomó el camino equivocado".
Un guía de la bahía de Somme, en el norte de Francia, ha realizado un extraño hallazgo: un siluro de 1,80 metros que yacía, en estado de descomposición, sobre la arena en Saint-Valery-sur-Somme. Esta especie exótica invasora es cada vez más común en esta región.
Yann Joly creyó ver, de lejos, una foca. Era del mismo color y tamaño, pero al acercarse pudo comprobar que se trataba de un enorme siluro. "No es la primera vez que me encuentro con cadáveres de animales. La mayoría de las veces se trata de focas. Entonces llamamos a la asociación que se ocupa de ellos. Pero es muy raro ver siluros, especialmente en el mar", ha explicado Joly, director de Kayak Baie des phoques, al medio Franceinfo.
A este pez de agua dulce sin escamas le gustan las aguas tranquilas, profundas y turbias. Puede llegar a medir hasta 2,65 metros y pesar 150 kg. Es un cazador formidable, con un apetito feroz. Se alimenta de roedores, aves y peces de todas las especies e incluso es caníbal. La población de esta especie sigue creciendo en Francia, en particular en el Sena, París, el Ródano, el Saona, el Loira y el Garona.
"Este pez tomó el camino equivocado. Debe haber muerto a causa de la salinidad del agua, cuando el Somme, durante la marea baja, cruzó el estuario", ha agregado el guía en el mismo medio. Su presencia en el Somme es relativamente reciente.
La especie fue introducida por el hombre y su desarrollo se vio favorecido por un desastre natural. "Los pescadores habían introducido bagres (como tambén se conoce a esta especia) en estanques cerrados para su salida de pesca. Durante las grandes inundaciones de 2001, asistimos a una explosión de estos peces. El agua superó los dos metros y quedaron esparcidos en los estanques y ríos", ha dicho Michel Blondin, presidente de la asociación de pescadores de Ponthieu.
Este pez es una especie invasora que coloniza muy rápidamente los ríos. Sin embargo, las autoridades no la clasifican como especie nociva. "Su presencia va necesariamente en detrimento de otras especies, porque es voraz y crece rápidamente. Pero prefiere los peces de fondo. No me preocupa porque se puede comer. El bagre es quizás lo que nos salve", ha continuado Blondin .