El escritor y aficionado a los insectos Morten Top-Jensen ha provocado el revuelo en Dinamarca tras ignorar las recomendaciones del municipio de Odense y transportar huevos de la oruga procesionaria del roble a la isla de Bornholm (unos 335 kilómetros). 

A pesar de que las autoridades advirtieron del peligro de esta especie venenosa y pidieron expresamente no propagarla, Top-Jensen decidió incubar los huevos en condiciones "controladas".

Las larvas, que ya han eclosionado, miden actualmente unos tres milímetros y se alimentan de brotes vegetales. El objetivo del entusiasta es fotografiarlas en su etapa adulta, cuando alcanzan hasta cuatro centímetros, y documentarlas para sus libros. Según él, nunca se han fotografiado ejemplares completamente desarrollados de esta especie en Dinamarca.

"Para mí es fantástico haber podido hacer que los huevos eclosionaran", declaró a TV 2 Bornholm, donde añadió que después de su proyecto las matará. Asimismo, aseguró tener " control total" sobre el proceso y que las larvas permanecen quietas y localizadas.

Desde el municipio de Odense, el jefe del departamento de Parques, Ocio y Carreteras, Anders Skovgaard, reiteró que buscar o propagar estas orugas es una "mala idea" por el riesgo que suponen para la salud. Sin embargo, Top-Jensen sostiene que el enfoque científico lo justifica.