Un pequeño objeto metálico fabricado fuera de la Tierra ha caído en manos de los científicos de la Agencia Espacial Europea (ESA). Esta pieza, creada a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS) mediante una impresora 3D de metal, es una primicia mundial que podría transformar el futuro de la exploración espacial.

Desarrollada por Airbus Defence and Space en colaboración con la ESA, la impresora fue instalada en el módulo Columbus por el astronauta Andreas Mogensen, informa Techno Science. Desde su activación, ha realizado varias impresiones con éxito. Entre ellas, una primera curva en forma de 'S' y dos muestras completas que han sido enviadas de regreso a la Tierra para su análisis.

Los científicos de la ESA estudiarán estas piezas para comprender cómo influye la microgravedad en el proceso de impresión 3D. Esta información será crucial para diseñar futuras misiones espaciales más autónomas, donde fabricar herramientas o piezas de repuesto directamente en el espacio podría eliminar la dependencia de misiones de reabastecimiento desde la Tierra.

Diferencias con la impresión 3D en la Tierra

A diferencia de la técnica empleada en la Tierra, esta impresora utiliza un láser que funde polvo metálico capa por capa. Sin embargo, en ausencia de gravedad, el manejo de ese polvo requiere sistemas especiales para contenerlo y dirigirlo con precisión.

Este avance no solo supone un importante paso hacia la autosuficiencia en órbita, sino que también abre la puerta a nuevas posibilidades, como construir estructuras directamente en el espacio.

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