La desconfianza mutua es enorme, pero algo ha cambiado, se ha movido, desde la reunión Sánchez y Feijoo. Antes, los puentes rotos. Ahora, los equipos de ambos hablan. Las posiciones iniciales siguen intactas. La novedad estriba en la mediación de la Comisión Europea. Una mesa a tres inédita que según fuentes comunitarias, tiene consecuencias: si la Comisión se implica, es porque quiere un resultado exitoso. Y todo en un contexto endiablado, de tensión enorme. Basta echar un ojo a Pamplona.
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