El 'detenido 441' de Guantánamo cuenta su infierno después de su puesta en libertad, sin cargos

El 'detenido 441' de Guantánamo cuenta su infierno después de su puesta en libertad, sin cargos

Mansoor Adayfi narra en una entrevista su temporada en el infierno, entre brutales interrogatorios y castigos.

Mansoor Adayfi, ex prisionero de Guantánamo, en Serbia.Salwan Georges/The Washington Post via Getty Images

A Mansoor Adayfi, de origen yemení, lo capturaron en la guerra de Afganistán en 2001, cuando tenía sólo 18 años, y lo enviaron a la prisión de Guantánamo, la cárcel de Estados Unidos destinada a los sospechosos de terrorismo que está en Cuba y sigue aún abierta. 

Allí, con el nombre de 'Detenido 441, pasó encerrado 15 años hasta que, sin cargos, lo pusieron en libertad en 2016. Ahora, Adayfi ha roto su silencio en una entrevista concedida al diario argentino La Nación, en la que relata la pesadilla que vivió en la prisión estadounidense: interrogatorios brutales, abusos... 

Adayfi llegó a Guantánamo después de que un 'señor de la guerra' (líder militar que ejerce un poder significativo en una región mediante el control de fuerzas armadas privadas) lo capturase y entregase al Ejército estadounidense, que ofrecía recompensas a aquellos que les llevaran sospechosos de pertenecer al yihadismo. "El 'señor de la guerra' me presentó a los de la CIA como un general egipcio de Al-Qaeda”, sostiene en la entrevista.

De ahí llegó a Cuba para ingresar en Guantánamo, donde viviría un calvario de 15 años en la que sufrió todo tipo de abusos, con interrogatorios brutales y golpes de sus guardianes, además de alimentación forzada durante las varias huelgas de hambre que promovió el propio Adayfi durante su estancia en prisión para protestar contra las condiciones inhumanas en las que vivían los presos. 

Después de la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca, Adayfi asegura que las condiciones de vida en la polémica cárcel fueron más llevaderas ya que los detenidos pudieron interactuar entre ellos y aprender diferentes oficios. La "época dorada", como le llama el ahora ex presidiario de Guantánamo. 

Sin embargo, el cambio no eliminó las secuelas psicológicas y emocionales que había sufrido. El encarcelamiento lo ha marcado hasta tal punto que en cada entrevista lleva siempre un pañuelo color naranja, el mismo del traje de presidiario que tuvo que vestir durante década y media.

Nunca pudo volver a su país

Después de su puesta en libertad, a Adayfi lo obligaron a vivir en Serbia, como parte de un acuerto entre el Gobierno serbio y Estados Unidos. Allí sigue porque no ha podido volver a su país, aunque acaba de obtener el pasaporte y volverá a viajar nuevamente: “Si Dios quiere, voy a poder viajar. Wow, finalmente. Por el mundo”, celebra.

Fuera de la cárcel ya, Adayfi coordina la ONG CAGE, una organización no gubernamental que promueve el cierre de la prisión. También ha publicado unas memorias (No nos olviden aquí), que empezó a escribir entre rejas y en las que narra los horrores que enfrentó como prisionero de guerra. Guantánamo es "un símbolo de la injusticia, un símbolo de la opresión, un símbolo que legitima y anima a otros tiranos en todo el mundo a crear sus propios Guantánamos y abusar de activistas y opositores políticos", explica.

Actualmente, en Guantánamo quedan 31 detenidos. Varios presidentes de Estados Unidos, como Joe Biden o Barack Obama, han prometido cerrar el centro de detención tras las peticiones del Gobierno de Cuba, que ha llegado a calificar la prisión de "cárcel atroz" y ha criticado más de "20 años de escandalosos abusos en territorio cubano ilegalmente ocupado".