El funeral de Navalni, un dolor de cabeza para Putin y un reto para la descabezada oposición en Rusia

Rusia se prepara para un viernes de extrema tensión. 24 horas después del discurso a la nación pronunciado por Vladimir Putin, donde no han faltado amenazas al mundo occidental, sus contrarios celebrarán el funeral del líder opositor Alexéi Navalni, muerto en la cárcel donde fue recluído hace tres años.

La celebración de un funeral y posterior entierro es, en sí mismo, un triunfo moral para la familia y allegados de quien fuera la gran figura contraria a Putin. El Kremlin ha presionado y amenazado a su propia madre para exigir, sin fortuna, que enterrara a su hijo de forma secreta. 

Sin embargo, Lyudmila Navalnaya rechazó el "chantaje" de las autoridades, como denunció públicamente la pasada semana en un vídeo. Por contra, celebrará un oficio religioso popular para despedir al político y líder social muerto a los 47 años. Un reto indeseado para Vladimir Putin pero también una oportunidad para la descabezada oposición, entre muertes, detenciones e inhabilitaciones de todas sus grandes figuras.

Que se celebren las exequias de forma pública no significa que el Kremlin dé carta blanca a los homenajes. La ceremonia tendrá lugar en la Iglesia del Icono de la Madre de Dios en el barrio de Mariino, al sur de Moscú. Posteriormente sus restos serán enterrados en el cementerio de Borísovo, uno de los camposantos más antiguos de Moscú, con una historia que se remonta a 1550 pero que no alberga a figuras muy célebres.

Como informa EFE, en las farolas del cementerio fueron colocadas además múltiples cámaras de vigilancia y otros dispositivos que pueden servir como inhibidores de señal de internet y telefonía móvil. Además, ya se prepara un fortísimo despliegue policial para evitar posibles altercados.

Más allá de las limitaciones de seguridad, el entorno del político fallecido en extrañas circunstancias denuncia los obstáculos que reciben por parte de las empresas funerarias. "A las brigadas (de las funerarias) les llaman desconocidos y les amenazan para que no lleven el cuerpo de Alexéi a ninguna parte", ha reconocido en las últimas horas la portavoz de Navalni, Kira Yarmish.

Yarmish detalla que se han sucedido las dificultades incluso después de la entrega de los restos de Navalni a la familia. En un primer momento "todas las agencias funerarias" se negaron de ocuparse de las exequias. Luego los correligionarios del político no podían acordar la fecha del funeral, porque "no había ni una persona disponible para cavar una tumba" el 29 de febrero, fecha elegida por la familia que coincidía con el discurso sobre el estado de la nación que dio este jueves Putin.

Los homenajes no se limitarán a la zona de Moscú. Sus seguidores han publicado el listado de ciudades del mundo donde habrá actos en su honor, entre ellas Madrid, Barcelona y Valencia, en línea con las protestas contra Putin el día de la muerte de Navalni. Además, el entorno de Navalni anuncia un directo para retransmitir el funeral online.

Internamente, las autoridades han denegado autorización a otra marcha en memoria tanto de Navalni como de Boris Nemtsov, asesinado a pocos metros del Kremlin en 2015 y prevista para el sábado. 

Según Yekaterina Duntsova, aspirante a la Presidencia rusa vetada por la Comisión Electoral, las autoridades arguyeron la epidemia del coronavirus para justificar la prohibición. Duntsova ironizó que esa epidemia no afecta habitualmente a los que acuden a multitudinarios actos organizados por el Gobierno.